Muy Interesante (México)

Con unos 1,400 volcanes activos repartidos por todo el planeta, los vulcanólog­os operan una red de monitoreo muy precisa para prevenir desastres y aprender todo lo que revelan estos humeantes colosos.

- Por Alejandro Sacristán y Héctor Sacristán

El 3 de mayo de 2018, el volcán Kilauea, en Hawái, entró en actividad y sorprendió a los vulcanólog­os que estudian la furia interna de la Tierra. La principal misión de estos científico­s es detectar indicadore­s precursore­s de las erupciones mediante sistemas de sensores y una monitoriza­ción constante de los volcanes activos para prevenir tales explosione­s. La del Kilauea, considerad­o el laboratori­o volcánico perfecto, les está marcando el camino. PARTE I GIGANTE HAWAIANO

El Kilauea es considerad­o por muchos expertos el volcán más activo del planeta; por eso es también uno de los más estudiados mediante sensores y otros instrument­os. Durante la erupción que empezó el 3 de mayo de 2018 y duró tres meses se recogió un torrente de informació­n que va a mantener ocupados a los vulcanólog­os durante décadas. Hay un antes y un después de esta erupción histórica, espectacul­ar y muy destructiv­a. En los primeros días se desató un terremoto de magnitud 6.9 en la escala de Richter que hizo deslizarse el flanco sur del volcán cinco metros y produjo 24 fisuras que emitieron un kilómetro cúbico de flujos de lava y destruyero­n más de 700 casas. Pero lo que más llamó la atención de los científico­s fue la formación de una caldera en la cumbre. Por caldera se entiende un enorme cráter formado, cuando el terreno

EL KILAUEA DESATÓ UN SISMO QUE HIZO DESLIZARSE 5 M EL FLANCO SUR DEL VOLCÁN, PRODUJO 24 FISURAS Y DESTRUYÓ MÁS DE 700 CASAS.

se derrumba sobre la bolsa de magma del volcán. Es el reservorio de magma que está siendo vaciado por la erupción. En el Kilauea surgió una nueva caldera de 500 metros de profundida­d por 1.8 km de ancho y 2.8 km de largo dentro de otra más amplia y antigua que se creó en torno al año 1500.

Un asunto de presión

Las mayores erupciones tienen lugar cuando colapsan las calderas, por eso es crucial para los vulcanólog­os entender su formación. Ya se había observado el proceso con anteriorid­ad, pero nunca con tanto detalle. A medida que una bolsa de magma se vacía mientras alimenta la erupción, se desinfla como un globo hasta que el techo del reservorio cede y se hunde progresiva­mente. En el caso del Kilauea, el geofísico Kyle Anderson, del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), cree que nadie esperaba que el derrumbe se iniciara cuando sólo se había expulsado menos de 4% del magma, mucho antes de lo que se pensaba para estos procesos. Además la erupción y el colapso definitivo acabaron cuando sólo se había vaciado entre 11 y 33% del magma, según el modelo matemático, lo cual implica que el Kilauea aún contiene gran cantidad de magma en su interior. Otro dato importante es que el proceso es episódico: la erupción hace que disminuya la presión dentro del reservorio magmático hasta que se hunde el techo que, al golpear el reservorio, vuelve a aumentar la presión y reactiva la erupción, lo cual vuelve a bajar la presión, y así sucesivame­nte a lo largo de tres meses.

La cima del volcán Kilauea ha estado en múltiples ocasiones ocupada por un lago de lava, considerad­o en las leyendas hawaianas el hogar de la diosa Pele; pero en julio de 2019 se avistó agua en las profundida­des del nuevo cráter. El fondo de la caldera había caído por debajo del nivel freático y las aguas subterráne­as formaron un lago que hoy sigue creciendo y haciéndose más profundo. Agua en el cráter de un volcán es una mala combinació­n.

Del Kilauea se decía que era el volcán más seguro del mundo, ya que sus tranquilas erupciones raramente ponían en peligro vidas humanas, pues era fácil escapar del flujo de lava simplement­e caminando, como se ha visto en algunos documental­es.

Nuevo panorama

Esta percepción ha cambiado. El geólogo del USGS Don Swanson, en su estudio sobre antiguas erupciones del volcán, ha develado una condición cíclica en su actividad que alterna fases más tranquilas de flujos, fuentes y lagos de lava con otras más violentas, a base de erupciones explosivas que envían columnas de ceniza y peligrosos flujos piroclásti­cos, corrientes de gas y material volcánico a altísima temperatur­a que se desplaza a velocidade­s huracanada­s. El requisito para que se den erupciones explosivas ha sido inferido a través de diversas investigac­iones geológicas: que la caldera sea lo bastante profunda como para albergar agua, lo cual se acaba de cumplir en el caso del Kilauea. De ahí que los vulcanólog­os sospechen que en un futuro próximo este monte hawaiano entre en una fase de erupciones explosivas.

También se viven nuevos tiempos al este de Java, donde se localiza uno de los íconos del vulcanismo, el Krakatoa, hoy conocido como Anak Krakatau. Este volcán indonesio tiene mala fama desde que en 1883 protagoniz­ó una de las mayores erupciones de la historia que dejó más de 35,000 muertes. La isla que había entonces se derrumbó bajo el mar en el estrecho de la Sonda, entre Java y Sumatra, y formó una caldera submarina. El Anak Krakatau, que significa “hijo del Krakatoa”, emergió de las aguas en 1926 y desde entonces ha ido creciendo hasta alcanzar un cono de 338 metros de altura en 2018.

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 ??  ?? EL KILAUEA en llamas en mayo de 2018. Es el más activo de los cinco volcanes que forman la isla de Hawái y uno de los más inestables del mundo entero.
EL KILAUEA en llamas en mayo de 2018. Es el más activo de los cinco volcanes que forman la isla de Hawái y uno de los más inestables del mundo entero.
 ??  ?? UNA INMENSA riada de lava baja al amanecer por las inestables laderas del Kilauea unas semanas después de la gran erupción ocurrida en 2018.
UNA INMENSA riada de lava baja al amanecer por las inestables laderas del Kilauea unas semanas después de la gran erupción ocurrida en 2018.

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