EXPLOSIONES ESTRATOSFÉRICAS HISTÓRICAS
Las nubes volcánicas emitidas en erupciones explosivas pueden alcanzar la estratosfera, y es allí donde gases como el dióxido de azufre y el sulfuro de hidrógeno, a través de procesos químicos, se transforman en aerosoles que reflejan parte de la radiación solar y producen un efecto de enfriamiento en la superficie del planeta. Las mayores erupciones volcánicas han producido una bajada de temperatura lo bastante grande como para causar daños a nivel global y se han asociado a la incidencia de epidemias y hambrunas por pérdida de cosechas. Un caso famoso fue la erupción del Tambora en Indonesia, en 1815, que hizo que 1816 fuera conocido como el año sin verano. Los cielos se volvieron grises y pálidos, como reflejaron muchos pintores de la época.
El geógrafo de la Universidad de Cambridge Ulf Büntgen descubrió en 2016 un invierno volcánico de proporciones mucho mayores a partir de los registros climáticos que han quedado reflejados en anillos de árboles en las montañas de Altái, en Rusia. Dos potentes erupciones tuvieron lugar en los años 536 y 540 que desencadenaron un episodio invernal durante el cual se dio la época de frío más intenso de los últimos 2,000 años en Asia y Europa. Las temperaturas en Asia Central cayeron 4 ° C en los años que siguieron a la erupción del 536 y no se recuperaron por completo sino hasta el año 660. Este lapso se denomina la pequeña edad de hielo de la antigüedad tardía.
El declive de un Imperio. Justo en ese momento de la historia, el emperador bizantino Justiniano había llevado al Imperio romano de Oriente a una rápida expansión que se vio frenada por ese gélido episodio climático que inauguró un tiempo de malas cosechas, hambrunas y pandemias. También se produjo lo que se conoce como plaga de Justiniano, que asoló el Imperio romano de Oriente entre 541 y 543 y que probablemente fue producida por la bacteria Yersinia pestis. Entre 25 y 50 millones de personas murieron en Europa, Asia y África. Su impacto fue especialmente cruel con el Imperio bizantino, que inició un progresivo declive porque sus mermados ejércitos no pudieron mantener las fronteras establecidas en 540.
Los vulcanólogos se preguntan a qué volcanes culpar de estas dos erupciones. El geocientífico Robert Dull, del Instituto de Ciencias Ambientales de la Universidad de Texas, publicó un estudio en 2019 en el que identifica al Ilopango, El Salvador, como el volcán responsable de la erupción de 540. Esta explosión tuvo lugar en Centroamérica en pleno Imperio maya y se estima que produjo unas 100,000 muertes por efectos directos. Por su parte, la identidad del volcán de la erupción del año 536 todavía es un misterio para los científicos.