Ni una copa más
Tomar alcohol cuando vamos a una reunión o a una fiesta es algo muy común, sin embargo algunos estudios sugieren que el ingerirlo reduce la cantidad de neuronas en el hipocampo y debilita a las mitocondrias que ahí se encuentran. Éstas ayudan a producir energía dentro de la célula y su mal funcionamiento puede dañar, e incluso matar, a las células del cerebro.
Si una persona corre o realiza algún tipo de ejercicio aeróbico puede ayudar a disminuir algunos de los efectos que la ingesta de alcohol provoca en dicho órgano, aseguran fisiólogos de la Universidad de Louisville, en Estados Unidos.
Ellos realizaron una investigación con ratones, a quienes dividieron en dos grupos, uno de ellos recibía inyecciones de alcohol y el otro de agua salada. Estos dos grupos se dividieron nuevamente, y a la mitad de cada uno se les puso a correr a diario 300 metros durante 12 semanas, en sesiones cortas pero intensas en una caminadora.
Sus resultados fueron: los ratones sometidos a la actividad física presentaban grandes diferencias en comparación con los sedentarios; los ratones que corrieron tenían mitocondrias fuertes, mientras que las de los sedentarios estaban debilitadas en muchas neuronas.
Los ratones que consumieron alcohol pero que se ejercitaron tenían un número de neuronas similar al de un ratón común, pero los que ingirieron alcohol y fueron sedentarios tenían casi el 20% menos de neuronas en el hipocampo.
Aunque las neuronas murieron como efecto colateral del consumo de alcohol, el correr incrementó la creación de nuevas células cerebrales, lo que también podría ocurrir en los humanos.