SALVAR ESPECIES MARINAS
El proverbio de no darle a un hombre un pez sino enseñarle a pescar aplica literalmente en materia de conservación oceánica. En vez de tratar de resolver los problemas de comunidades en desarrollo –como líneas costeras contaminadas o zonas pesqueras agotadas–, muchos conservacionistas encontraron soluciones más duraderas al otorgar a las personas las herramientas necesarias para afrontar por sí mismas estos retos.
La bióloga Kerstin Forsberg siguió este enfoque para la conservación marina y costera, en particular con las mantas gigantes de Perú. “Son una especie emblemática e indicadora de la salud del mar”, comenta. Capturadas con frecuencia de manera accidental por los pescadores, están catalogadas como vulnerables por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Forsberg es cofundadora y directora de Planeta Océano, organismo de conservación marina sin fines de lucro. Además de proteger las mantas, su equipo conduce estudios sobre ambientes marinos amenazados, ayuda a los maestros de escuela a construir redes para intercambiar información y comparar planes de estudio, y ofrece ayuda financiera y técnica a pescadores y negocios que puedan impulsar un sector ecoturístico.
Parece que el acercamiento funciona. Las mantarrayas ahora están protegidas por la ley en Perú y su imagen también se promovió. El año pasado, una de las revistas del país hizo de una manta gigante su modelo de portada. National Geographic produjo este artículo como parte de una asociación con los Premios Rolex a la iniciativa.