BESTIARIO DIGITAL
Es difícil capturar la imagen tridimensional de un animal. “Si parpadea, respira o tiembla una extremidad, debes volver a empezar”, comenta Duncan Irschick.
El biólogo de la Universidad de Masachusets tuvo suerte con un sapo de caña que encontró en Filipinas; no se apartó de su hoja mientras tomaba unas 30 fotos, desde todos los ángulos, con cámara en mano: las suficientes para crear la versión 3D de la imagen inferior.
Ahora, Irschick usa una tecnología conocida como Beastcam, sistema multicámaras portátil y adaptable, similar a la que usan los diseñadores de videojuegos para crear imágenes humanas. Las cámaras, dispuestas alrededor del animal, capturan fotos de manera simultánea (un seguro contra espasmos). “No muchas personas han intentado esto en el mundo animal”, asegura su colega fotógrafa Christine Shepard.
Irschick y Shepard emplean Beastcam para un proyecto ambicioso llamado Digital Life, que pretende “crear modelos precisos en alta resolución de la vida en la Tierra”, aclara Irschick.
Los modelos digitales dan al público la oportunidad de examinar de cerca los animales. Además, sirven para propósitos científicos: los investigadores pueden usarlos para obtener mediciones más precisas que en la vida real. Beastcam también recolecta especímenes de manera digital en países que prohíben exportaciones físicas.
El objetivo a largo plazo de Digital Life es capturar “todo”, sugiere Irschick. “Pero eso va a tomar varias vidas”.