National Geographic Traveler (México)
Mi Barrio: Bolonia a través de sus pórticos
S e conoce a esta ciudad italiana como “la gorda, la roja y la docta”. Pero podríamos agregarle “la ciudad de los pórticos”. Los llamados “paraguas del pueblo” surgieron durante la Edad Media por la costumbre de “alargar” hacia el exterior el piso de la primera planta y ampliar el espacio interior. El saliente se sostenía con vigas de madera apoyadas en piedras. Esos “paraguas” no solo protegen de la lluvia, sino del sol abrasador en verano y son una constante invitación a caminar por sus más de 40 kilómetros en el casco histórico.
Partimos de algún punto en la 1. VIA CASTIGLIONE, donde sus pórticos en tonos rojos, anaranjados y amarillos nos brindan una sombra exquisita. A medida que nos acercamos a la
2. PIAZZA DELLA MERCANZIA, las columnas de ladrillos reemplazan las de colores y los pórticos dejan de lado el degradé pintoresco para impregnarle al paseo un aire medieval. A unos pocos metros de la Piazza della Mercanzia se encuentran las “Dos Torres”, símbolo de la ciudad. Entre los siglos xii y xiii se construyeron más de 100 torres, pero en la actualidad solo quedan unas 20. De ellas destacan dos: Asinelli y Garisenda. La primera es la más alta y tiene 498 escalones. La segunda se caracteriza por su leve inclinación.
Desde ambas torres caminamos por la strada Maggiore, donde está la 3. CASA ISOLANI, uno de los pocos pórticos de madera que quedan en la actualidad. Si bien fue restaurado
en 1877, conserva su altura (nueve metros) y sus atributos originales. Unos metros más adelante nos sorprenderá el espacioso porticado que presenta la 4. BASÍLICA DE SANTA MARIA DEI
SERVI, construida en la segunda mitad del siglo xiv. Desde allí doblamos hacia la izquierda por la Via Guerrazzi y llegamos a Santo Stefano, donde podremos disfrutar uno de los lugares más lindos: la Piazza Santo Stefano, junto con los palacios que la rodean y sus pórticos; un lugar ideal para descansar y observar detalles como las cabezas talladas que sobresalen desde unos círculos en el porticado del 5. PALACIO BOLOGNINI AMORINI.
Nuevamente, desde las dos torres, tomamos la Via Zamboni y doblamos en la Via Marsala, donde se encuentra uno de los
más antiguos de la ciudad: el del 6. PALACIO GRASSI. Continuamos hasta la 7. COMERCIAL AVENIDA INDEPENDENZA para observar unos pórticos más espaciosos y altos, construidos en 1888, cuando se abrió el trazo de la avenida.
Seguimos el camino hasta la 8. PIAZZA MAGGIORE, en la que se encuentra la iglesia de San Petronio, el cual vemos de frente para girar a la derecha y observar uno de los pórticos más conocidos y visitados: el de 9. PAVAGLIONE, con 139 metros de largo. Bajo este se encuentra el palacio de Archigimnasio, donde funcionó la primera sede de la Universidad de Bolonia. Vale la pena entrar y conocer la colección de más de 7 000 blasones que decoran sus paredes y techos. Antes de continuar el paseo
podemos perdernos entre las callejuelas del 10. CUADRILÁTERO, en el que funcionaba el mercado medieval y donde podemos disfrutar más de 140 productos con denominación de origen que hacen destacar a la región de Emilia-Romaña.
Por la 11. VIA FARINI, otra calle comercial del centro, llaman la atención los pórticos con pinturas decorativas en arcadas y techos. Esta exuberante decoración contrasta con los pórticos más bajos y sencillos que recorren la calle Santa Caterina y el antiguo barrio judío, cerca de la 12. CALLE DELL’INFERNO. Bolonia es “La ciudad de los pórticos”, los cuales te reciben como el abrazo de un amigo y simbolizan el espíritu acogedor que tienen la ciudad y sus habitantes.