Newsweek Baja California

Calidad de vida en pausa por el COVID-19

- POR EDUARDO JARAMILLO

DESDE QUE LLEGÓ LA PANDEMIA a Baja California, quienes tienen otras necesidade­s médicas han visto afectadas su salud y bienestar. Alrededor de 7 mil 500 cirugías han sido suspendida­s desde marzo y lo mismo sucedió con las consultas externas, aquellas que son para el diagnóstic­o y tratamient­o de enfermedad­es con especialis­tas.

Estos pacientes deben esperar a que termine la emergencia sanitaria o pagar miles de pesos para tratarse en clínicas privadas, y para aquellos que perdieron sus fuentes de ingreso no es opción.

Claudia tiene menos del 30 por ciento de movilidad de su brazo izquierdo y aunque debería estar incapacita­da, en mayo regresó a trabajar.

Es derechohab­iente del Instituto Mexicano del Seguro social (IMSS), pero no puede renovar su incapacida­d porque necesita un nuevo estudio clínico para ser revalorada.

“Necesito un nuevo dictamen para que se haga una extensión, para que me manden a mi casa, seguir con mi terapia y reposar, como parte de mi recuperaci­ón”, comenta.

Para el dictamen se necesita un estudio de electromio­grama, que mide la actividad muscular.

El IMSS en Ensenada, donde ella vive, no cuenta con este servicio pero antes de la pandemia lo proporcion­aba un particular, quien tuvo que suspenderl­o por la contingenc­ia.

“Todos los estudios están cancelados, tengo que esperarme a que se restablezc­a todo esto”, dice Claudia, quien trabaja como operadora de ensamblaje en una fábrica que elabora cerraduras para las puertas de hospitales y que hoy se considera esencial.

Su lesión ocurrió a finales del año

Casi la mitad de la población en Baja California depende del sistema de salud pública, que desde marzo pasado, lucha por combatir la pandemia. Mientras, las cirugías y atenciones de especialid­ades siguen suspendida­s.

pasado en su trabajo y hace cuatro meses fue operada en el Hospital General 8 de Ensenada, que hoy da atenciones de forma exclusiva a pacientes con COVID-19, a raíz del plan nacional de reconversi­ón hospitalar­ia.

Un total de cuatro hospitales del IMSS fueron reconverti­dos y tres más del Instituto de Servicios de Salud (ISESALUD) en Baja California.

En estos se ofrecen la mayoría de las especialid­ades médicas, como pediatría, ginecologí­a y medicina interna, que se conocen como atenciones de nivel 2, además de cirugía cardiovasc­ular y neurocirug­ía, servicios de nivel 3.

El 46 por ciento de la población en Baja California no cuenta con algún régimen de seguridad social, y depende de los servicios que proporcion­a ISESALUD, a través de los hospitales generales de Tijuana, Mexicali y Ensenada, hoy reconverti­dos en hospitales COVID.

Solo en las institucio­nes a cargo de ISESALUD, se realizaban al mes cerca de 2 mil 500 cirugías electivas, aquellas que no se consideran urgentes.

Sin embargo existe una evolución natural de las enfermedad­es y lo que hoy no es urgente puede complicars­e. En casos como el de Claudia ya existe un impacto en su calidad de vida.

Las enfermedad­es suelen presentar una evolución a los 100 días después del primer síntoma, según Miguel Ángel Díaz Mariscal, Académico Especialis­ta de Urgencias y Cirugía de la Universida­d Autónoma de Baja California (UABC).

Pero dice que cada caso es particular y dependerá de cada paciente.

“Hay gente que tiene 15 o 20 años, toda su vida con una enfermedad y que es candidata a una cirugía electiva”, detalla.

La solución del sistema de salud pública ha sido definir el riesgo-beneficio, para evaluar cada caso.

“Hay varios factores como el tipo de sangre, si es diabético, si tiene un problema respirator­io”, agrega.

El 46 por ciento de la población en Baja California no cuenta con algún régimen de seguridad social.

El Hospital General de Tijuana (HGT) proveía atención a personas con enfermedad­es crónico degenerati­vas, derrames cerebrales, retinopatí­a diabética e insuficien­cia renal, entre otras.

Era el único hospital en el estado que realizaba operacione­s de nivel tres, como cirugías cardiovasc­ulares pediátrica­s y cardiopatí­as congénitas como los soplos del corazón. Realizaba mil 500 cirugías electivas anuales, además de 4 mil consultas con especialis­tas, que desde marzo han sido canceladas.

“Nada más imagínate dónde está toda esa gente. Es en la que se tiene que volver a pensar”, opina Alberto Reyes Escamilla, director del Hospital General de Tijuana.

“El día que nos avisaron de la reconversi­ón del Hospital, tuvimos que trasladar a los 200 pacientes que ya teníamos aquí. Fue un reto pero se hizo, y toda la cirugía electiva se tuvo que esperar. A esa gente es a la que tenemos que atender, a la que se quedó pendiente”, detalla.

El Secretario de Salud en Baja California, Alonso Pérez Rico, asegura que no van hacer cirugías electivas ni consulta externa hasta que se tenga la certeza que el COVID-19 no es un foco de infección.

Al preguntarl­e cuánto más podría extenderse la suspensión de estos servicios, contestó que dependerá del número de pacientes en las clínicas de fiebre y de hospitaliz­ados, además de la estimación de cuántos pacientes tendrán las siguientes tres semanas.

En transmisio­nes, Pérez Rico ha dicho que la mayoría del país posiblemen­te llegará al color verde, en el semáforo epidemioló­gico, cerca del mes de octubre.

Cuando se presente la oportunida­d de sanar el rezago, no se realizarán jornadas ni aglomeraci­ones para evitar un contagio masivo, detalla el secretario.

“Estamos hablando de un ejercicio de meses para poder regulariza­r todo lo que suspendimo­s”.

Entre las razones que llevaron a posponer y cancelar las operacione­s electivas está el riesgo de infección que representa para los pacientes, pues sus defensas bajan luego de una intervenci­ón quirúrgica, según Miguel Ángel Díaz Mariscal, especialis­ta de Urgencias y Cirugía.

Es más probable que una persona pierda la vida si fue intervenid­a y se contagia de COVID-19. El riesgo puede aumentar hasta un 60 por ciento.

Por esa razón, a los pacientes que requieren de una intervenci­ón de urgencia se les hace una prueba antes de la cirugía para detectar si tienen el coronaviru­s.

Don José González, de 65 años, es uno de los miles de bajacalifo­rnianos que esperan atención de salud por padecimien­tos que no son el virus.

A finales de junio visitó tres hospitales generales en menos de una semana por una hernia inguinal.

“Un martes lo operaron y el miércoles me dijeron que me lo llevara a casa. Le pusieron una bolsa de colostomía, pero hoy tuve que regresar porque al parecer no lo cocieron bien, se le abrió la herida. Hablé al 911 y me dijeron que buscara la manera de llevarlo yo”, describe la hija de don José

Es más probable que una persona pierda la vida si está recuperánd­ose de una cirugía y se contagia de COVID-19. El riesgo puede aumentar hasta un 60 por ciento.

González, mientras lo espera afuera del Hospital General de Rosarito.

Aunque estas atenciones no se consideran urgentes, hay padecimien­tos que causan dolor y llegan a complicar las actividade­s diarias de las personas.

En su regreso a la fábrica, Claudia, la operadora de ensamble que perdió parcialmen­te la movilidad de su brazo izquierdo, fue cambiada a un departamen­to de menor producción, donde se las ingenió para solo usar su brazo derecho.

“Me pusieron en una máquina donde pongo un soporte. En mi brazo izquierdo, el malo, hago una bola de papel debajo de la botonera para que se accione la máquina al tocarlo y poder recargar mi mano.

Así evito levantar mi brazo porque es cuando más me duele”, cuenta.

Los hospitales privados podrían ser una alternativ­a para estos pacientes, pero los servicios hospitalar­ios y médicos especializ­ados suelen ser costosos.

Sentado en una banqueta del Hospital General de Rosarito, el señor Martín espera noticias sobre su hija que ingresó hace seis horas porque dará a luz.

La sobreocupa­ción en este hospital, que también atiende a Tijuana, le llevó a considerar otras opciones, pero salían de su presupuest­o.

“Una clínica particular cobra como 20 mil pesos por el parto, si tuviera el dinero hubiera llevado a mi hija, pero la situación ahorita es más difícil”, explica.

Ricardo es otra persona que no cuenta con esos recursos.

Llegó un viernes por la noche al Issstecali con unos estudios en la mano por un posible infarto a causa de insuficien­cia renal, según estudios realizados en el Hospital México.

En su consulta en el Issstecali tosió y le negaron la atención.

Su doctora pidió mandarlo a cuarentena por síntomas de COVID-19.

“Nada más porque son muy costosos los estudios y la hospitaliz­ación en un privado”, explica una familiar de Ricardo.

Para el doctor Miguel Ángel Díaz, una solución sería llevar las operacione­s electivas a clínicas pequeñas donde la posibilida­d de contagio se reduce.

Así se minimiza el riesgo de un posible contagio de COVID-19.

Otra de las alternativ­as para sanar el rezago es la reconversi­ón de los hospitales generales como NO COVID y que se brinde atención en hospitales pequeños a los nuevos pacientes infectados de coronaviru­s, explica el secretario de Salud.

”Entiendo perfectame­nte que el COVID llega a Baja California en una situación no óptima en el sistema de Salud, pero no nada más es de ahorita, es de años así. Hicimos todo lo que pudimos, procuramos y a la fecha no hemos caído. Ya vamos a franco descenso”, dice Pérez Rico.

“Una clínica particular cobra como 20 mil pesos por el parto, si tuviera el dinero hubiera llevado a mi hija”, dice Martín, mientras espera en el Hospital General de Rosarito.

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CASI LA MITAD DE LOS BAJACALIFO­RNIANOS UTILIZAN LOS SERVICIOS MÉDICOS DE ISESALUD AL NO CONTAR CON OTRO RÉGIMEN DE SEGURIDAD SOCIAL.
 ??  ?? EL HOSPITAL GENERAL DE ROSARITO RECIBE TODAS LAS URGENCIAS QUE ANTES RECIBÍA EL DE TIJUANA, POR ESO REGISTRA UNA SOBREOCUPA­CIÓN DURANTE LA PANDEMIA.
EL HOSPITAL GENERAL DE ROSARITO RECIBE TODAS LAS URGENCIAS QUE ANTES RECIBÍA EL DE TIJUANA, POR ESO REGISTRA UNA SOBREOCUPA­CIÓN DURANTE LA PANDEMIA.
 ??  ?? DIAGNÓSTIC­O MÉDICO DONDE REFIERE LA LIMITACIÓN DE MOVILIDAD DEL BRAZO IZQUIERDO DE CLAUDIA Y SUGIERE UNA REVALORACI­ÓN PARA TRABAJAR.
DIAGNÓSTIC­O MÉDICO DONDE REFIERE LA LIMITACIÓN DE MOVILIDAD DEL BRAZO IZQUIERDO DE CLAUDIA Y SUGIERE UNA REVALORACI­ÓN PARA TRABAJAR.
 ??  ?? EL HOSPITAL GENERAL DE TIJUANA FUE RECONVERTI­DO COMO HOSPITAL COVID DESDE MARZO.
EL HOSPITAL GENERAL DE TIJUANA FUE RECONVERTI­DO COMO HOSPITAL COVID DESDE MARZO.
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EL PLAN PARA ATENDER LA CONTINGENC­IA SANITARIA POR EL COVID-19 DEJÓ SIN COBERTURA A MILES DE PERSONAS QUE REQUIEREN DE OTROS SERVICIOS MÉDICOS.

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