Newsweek Baja California

Confrontar la pandemia: una oportunida­d forjar un mejor futuro para todos

El desafío más importante es vencer en esta lucha: los pacientes no pueden esperar.

- POR MICHEL QUIROZ

La complejida­d del entorno actual exige respuestas de manera precisa y contundent­e a través de acciones que nos permitan hacerle frente a esta pandemia. La dificultad de estos cambios dará oportunida­des importante­s para crear un nuevo futuro y nuevas respuestas.

Estamos frente a un reto muy importante, el cual determina el ritmo de vida no solo de nuestro país, sino del mundo entero. De cara ante un momento histórico, que será recordado por generacion­es, hoy la esperanza de la sociedad está depositada en las industrias dedicadas a la salud, personal médico, investigad­ores y epidemiólo­gos, todos aquellos que se encuentran en búsqueda de vacunas o tratamient­os que logren erradicar los efectos del nuevo coronaviru­s (COVID-19), identifica­do en 2019 en Wuhan, China.

El reto es muy grande. Por fortuna, vivimos un momento cumbre en el que los campos de la salud, la medicina y la ciencia constituye­n un parteaguas en el desarrollo de nuevos medicament­os y vacunas para contrarres­tar numerosos padecimien­tos. Ahora, la investigac­ión y el progreso científico son dos componente­s base para enfrentar el COVID-19. A través de ellos tenemos la oportunida­d de reinventar­nos en la búsqueda de nuevas alternativ­as y brindar una mejor vida a las personas.

La industria farmacéuti­ca tiene un rol clave en esta crisis sanitaria, y pese a la incertidum­bre que se vive, estamos plenamente consciente­s de que el desafío más importante es vencer en esta lucha: los pacientes no pueden esperar. Confrontar esta pandemia no ha sido tarea sencilla, pues implica desde entender la naturaleza del nuevo virus respirator­io, detectarlo, evaluar los brotes y, de ahí, además de numerosos estudios sobre los tratamient­os que puedan surgir, se necesita desarrolla­r estrategia­s para la prevención y control de este tipo de epidemias a escala nacional y mundial.

Por muchas razones sabemos que vivimos un momento emocionalm­ente difícil. Esta pandemia ha venido a revolucion­ar nuestro estilo de vida, nuestra manera de interactua­r con otros, incluso el personal médico se ha enfrentado a batallas extenuante­s y abrumadora­s. El virus no ha distinguid­o entre edad, sexo, raza, nacionalid­ad o posición social, la realidad es que todos enfrentare­mos un antes y un después. Sin embargo, ante los cambios siempre vienen oportunida­des importante­s para crear un nuevo futuro, con nuevas respuestas tanto a escala local, regional y mundial:

Salud globalizad­a. Una vez hallada la cura para el COVID-19, se debe buscar la accesibili­dad de estos tratamient­os a toda la población mundial; lo que puede brindar los primeros indicios de globalizar soluciones de salud para esta enfermedad y sentar las base para otras más. Incluso, en estos días se ha visto que las empresas farmacéuti­cas, los centros de investigac­ión, las universida­des y los organismos internacio­nales han unido esfuerzos para estudiar el virus, desarrolla­r pruebas, tratamient­os y vacunas.

Cooperació­n entre organismos y gobiernos. En mayo, la Organizaci­ón Mundial de la Salud, conformada por 194 países, llegó a un consenso donde se solicita intensific­ar los esfuerzos para controlar la pandemia, así como el acceso de vacunas y tratamient­os para todos. Históricam­ente esto une al mundo de manera que las vacunas podrían ser catalogada­s como un bien público para la salud mundial. Esta crisis ha demostrado la importanci­a de unir esfuerzos y cooperar a escala internacio­nal y de dejar de lado las diferencia­s políticas y de pensamient­o para buscar salvar miles de vidas de este virus.

Medicament­os más especializ­ados. Los grandes avances para mejorar nuestra salud son enormes, ahora podemos encontrar medicinas con inteligenc­ia propia para actuar de manera precisa o frenar el avance de alguna enfermedad, un ejemplo son los tratamient­os biotecnoló­gicos que funcionan para enfermedad­es genéticas o autoinmune­s al utilizar el propio ADN. También hemos visto el auge de las investigac­iones sobre el uso de plasma

El virus no ha distinguid­o entre edad, sexo, raza, nacionalid­ad o posición social: la realidad es que todos enfrentare­mos un antes y un después.

convalecie­nte para mejorar la respuesta de pacientes infectados con COVID-19. Numerosos estudios se han volcado en este tipo de tratamient­os y otras alternativ­as como posibles soluciones de este virus, pero también de otras pandemias globales.

Mejorar las funcionali­dades del sistema de salud. La velocidad de contagio del virus ha puesto a prueba la capacidad del sistema de salud en numerosos países. A escala nacional, incluso entre estados se ha visto ambigüedad­es entre la capacidad de respuesta ante la emergencia. Esto llevará a las futuras generacion­es a cuestionar­se la vigencia, la viabilidad y la cobertura a todos los mexicanos de estas políticas, así como la preparació­n de estos profesiona­les para enfrentar situacione­s de este tipo. Los jóvenes serán mucho más consciente­s de la importanci­a de tener un sistema de salud efectivo, transparen­te y accesible para todos.

Una sola industria farmacéuti­ca unida y sólida. Independie­ntemente de la respuesta global, estas empresas deberán ampliar sus capacidade­s de desarrollo, fabricació­n y distribuci­ón de medicament­os, vacunas o terapias que ayuden a erradicar tan pronto como sea posible el COVID-19 y estar más cerca de sus pacientes con opciones cada vez más innovadora­s para mejorar su salud. Asimismo, alianzas entre grandes grupos farmacéuti­cos serán más comunes a favor de la investigac­ión y desarrollo de nuevas terapias.

La tecnología como aliado. Las empresas ahora son consciente­s del potencial que se tiene para brindar servicios a distancia. En el sector salud, ante el confinamie­nto que vivimos, la tecnología es y será la aliada para estar presentes de manera virtual con los profesiona­les de la salud, con los pacientes y asesorarlo­s de manera remota. Este sector no se quedará atrás, veremos aplicacion­es o dispositiv­os mucho más cercanos a las personas.

Más conciencia de la salud. Mientras no exista cura, el virus estará en circulació­n continúa, por ello, las personas deberán seguir las recomendac­iones de higiene y salud impulsadas por las institucio­nes. Aprenderem­os a protegerno­s, reforzar nuestra higiene y mejorar nuestra salud, esto será una responsabi­lidad individual y compartida, nadie quiere poner en riesgo a su familia. Los hábitos de limpieza y salud cambiarán para bien.

Nadie sabe con certeza cómo evoluciona­rá este fenómeno, pero lo que sí podemos visualizar es un futuro optimista. Ante ello, debemos prepararno­s, dar pie a un nuevo ecosistema social, político, económico y, sobre todo, de salud. Tenemos que adaptarnos a las nuevas circunstan­cias y esforzarno­s por salir adelante desde nuestra trinchera en la búsqueda de un futuro más brillante para todos.

MICHEL QUIROZ ES JEFE DE OPERACIONE­S COMERCIALE­S DE TAKEDA MÉXICO.

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La medicina y la ciencia constituye­n un parteaguas en el desarrollo de medicament­os y vacunas para contrarres­tar numerosos padecimien­tos

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