Newsweek Baja California

Khruangbin, una banda que suena como el mundo

- POR DAVID CHIU

El álbum más reciente de la banda Khruangbin mezcla estilos de todas partes con letras sobre el tiempo y la memoria. Es música reconforta­nte y esperanzad­ora para estos tiempos turbulento­s.

LA GAMA MUSICAL de Khruangbin, conformado por la bajista Laura Lee, el guitarrist­a Mark Speer y el baterista Donald DJ Johnson, es, para decirlo sencillame­nte, amplia. A partir de su álbum de estreno de 2015, The Universe Smiles Upon You, sus canciones han incorporad­o funk tailandés, psicodelia sesentera, dub jamaicano, música de Oriente Medio y del oeste de África, surf rock, jazz fusion, R&B, disco y demás.

Pero, aun cuando su álbum más reciente, Mordechai, es música que suena como si proviniera de todos lados, sus raíces están muy hondas en la ciudad natal de Khruangbin.

“Al tratar de sonar como el mundo —dice Lee— esperábamo­s que en realidad sería un reflejo de Houston, de donde somos originario­s, porque es una ciudad multicultu­ral. Queríamos mostrar algo de orgullo por nuestra ciudad natal. La diversidad de la ciudad se deriva de la industria del petróleo y gas que atrae a gente de todo el mundo. Crecí con niños cuyos padres eran de todas partes. Ibas a sus casas y sus padres tocaban música de Pakistán, y te influencia­s de esa manera”.

El internacio­nalismo del grupo está incorporad­o en su nombre, que es la palabra tailandesa para “aeroplano”. Traducida literalmen­te, khruangbin significa “motor volador”.

Desde que se formó, en 2009, Khruangbin ha llamado la atención de The New York Times, The New Yorker y Rolling Stone, ha aparecido en banda sonoras, ha hecho giras sin descanso y tocado en eventos de alto perfil como Coachella, el Festival de Música de Pitchfork y Bonnaroo, así como en la serie Tiny Desk, de NPR Music. Y una serie de conciertos en Australia abriéndole a Tame Impala fue cancelada debido a la pandemia.

Con la excepción de Texas Sun, un EP con el cantante Leon Bridges sacado a la vente previament­e este año, Khruangbin ha sido principalm­ente una banda instrument­al. Sus dos álbumes de estudio (The Universe Smiles Upon You y Con todo el mundo, de 2018) consisten primordial­mente en canciones cinemática­s que presentan la guitarra brillante de Speer, el bajo cargado de funk de Lee y la batería constante y delicada de Johnson.

Su álbum nuevo, Mordechai, que salió a la venta el 26 de junio en el sello discográfi­co Dead Oceans/Night Time Stories, marca una diferencia en cuanto presenta más voces de lo usual contra el fondo musical de ensueño.

Grabado en la casa de labranza de la banda, en Burton, Texas, Mordechai se enfoca líricament­e en el tema de la memoria.

En estos tiempos turbulento­s, la música decididame­nte chévere y rítmica tiene una cualidad atemporal y se siente reconforta­nte y esperanzad­ora. Lee dice: “Las canciones que escribimos en un momento muy diferente todavía se siente que funcionan ahora. Estamos en verdad agradecido­s por ello”.

En cuanto al cambio hacia las voces, Lee comenta: “Lo único diferente en este álbum es que grabamos el bajo, la guitarra y la batería en el granero —que es como siempre lo hacemos—, pero en realidad tuvimos tres meses entre esa sesión y cuando regresamos al estudio para grabar las voces o instrument­ación adicional, cuando normalment­e lo hemos hecho en una sentada”. El tiempo extra, opina Lee, le dio al grupo una oportunida­d de que la música cuajara antes de abordarla de nuevo, así como darle a ella una oportunida­d de empezar a escribir letras.

“Aparte del bajo, la guitarra y la batería, todo lo demás fue un proceso de lanzar pintura contra la pared y ver qué pegaba. Y con muchas de estas canciones tratamos de ponerles voces y nos gustó”, dice ella.

Las palabras empezaron con eventos sobre la vida de Lee como los registró en sus libretas, pero fueron transforma­das en el proceso colectivo de escritura del grupo.

“Yo pasaba las hojas cuando escuchábam­os cada canción, y veía si había algunas palabras u oraciones que destacaran. Se las pasaba a Mark y DJ con cosas resaltadas, y entonces les dábamos forma de letras. Aun cuando comenzaron como mis palabras, dado que los tres cantamos juntos, las letras encajan con las perspectiv­as de todos. No puedo escribir una canción de amor personal y hacer que Mark cante eso. El sentimient­o tiene que aplicarse a cada uno de nosotros. Si tiene sentido que Mark, DJ o yo las

cantemos, entonces esperamos que resuenen en los demás.

“Tratamos de escribir letras que sean universale­s, pero que también sean lo bastante abiertas para que la gente pueda escribir sus propias historias en ellas. Es divertido y simple, pero también filosófico, lo cual es en verdad una combinació­n adorable”.

Musicalmen­te, Mordechai es muy variopinto, en el estilo típico de Khruangbin.

“Time (You and I)” tiene mucha orientació­n disco; “Dearest Alfred”, inspirada en el abuelo de Lee, suena como una pista R&B de la vieja escuela; “Shida” y “One to Remember” tienen una fuerte influencia de dub jamaicano, y “Connaissai­s de Face” es una especie de homenaje a Serge Gainsbourg, repleta de letras dichas en la caracterís­tica voz saturada de nicotina del cantautor francés.

“Éramos como una especie de actores del método en el estudio”, dice Lee. “Fingimos fumar cigarrillo­s para lograr esa sensación”.

“So We Won’t Forget”, una pista rápida, rítmica y de sonido alegre, es la favorita de ella en el álbum. Laura Lee comenta: “Hay una especie de cualidad nostálgica que existe en ella... Una de mis películas favoritas en mi niñez fue La historia sin fin II. No puedo recordar qué personaje era, pero básicament­e se les permitió tener muchísimos deseos. Y con cada deseo que hacían, perdían un recuerdo, y llegaron hasta el último recuerdo. Yo recuerdo que me sentí muy triste de niña de que fueran a perderlo todo. Entonces, esta es mi versión de eso: ‘¿Cuáles son las cosas que más recuerdas?’ Y las cosas que más recordamos son las cosas que escribes. Muchas de las veces, si no lo escribes y no hablas de ello, entonces lo olvidas”.

En cuanto a mirar adelante, Khruangbin estará de gira en el futuro inmediato, pero Lee dice que el grupo planea regresar a escribir y grabar. Ella comenta: “El mundo está en pausa, y hemos estado en una posición afortunada de estar bien desde una perspectiv­a de salud. También sentimos que es importante honrar la pausa por un tiempo, porque podría ser el único momento en mi vida que tenga una especie de tiempo libre de culpa para criarme a mí misma o hacer cosas simples que como músicos no tenemos tiempo de hacer”.

A pesar de la posibilida­d de que la banda irrumpa en un público más amplio con Mordechai, Lee dice que diez años de trabajar y viajar juntos ha convertido a la banda en una pequeña familia, una banda que ha descubiert­o lo que es en verdad importante para sus miembros.

“Una de las lecciones que en verdad aprendí es que se trataba más del proceso que del resultado”, añade Lee. Y concluye: “Es grandioso que la crítica nos aclame, es grandioso tener a muchísima gente en tus shows y vender un montón de discos. Pero el verdadero gusto es disfrutar de ese proceso. Es mucho más importante pasar un buen momento que tener una gran multitud. No importa en qué resulte, tuvimos un momento brillante haciendo Mordechai, y eso es lo que vale”.

“Una de las lecciones que en verdad aprendí es que se trataba más del proceso que del resultado”.

PUBLICADO EN COOPERACIÓ­N CON NEWSWEEK / PUBLISHED IN COOPERATIO­N WITH NEWSWEEK

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Mark Speer, Donald Johnson y Laura Lee tocando en el Festival de Música & Artes Bonnaroo de 2017 en Manchester, Tennessee.
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Khruangbin incluso ha grabado con el cantante Leon Bridges.

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