Newsweek Baja California

Hablemos de moda sostenible y comercio justo

La industria de la moda sostenible busca proteger los derechos laborales y el medioambie­nte, todo con el fin de lograr un comercio justo.

- POR MARIANA GARCÍA @saysmenaiv­e

CADA VEZ SON MÁS las personas que adoptan un estilo de vida más “eco friendly”; desde alimentos y productos de higiene personal, hasta ropa y calzado.

La industria de la moda sostenible tiene como principal objetivo la protección de los derechos de los trabajador­es, la lucha contra la explotació­n de trabajo infantil y, por supuesto, el cuidado del medioambie­nte, todo con un fin en común: el comercio justo.

Datos obtenidos de la Organizaci­ón Mundial de la Salud afirman que para fabricar unos pantalones vaqueros se utilizan en promedio 7,500 litros de agua, los cuales equivalen a la cantidad que una persona bebe en promedio durante siete años.

De acuerdo con la Conferenci­a de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), la industria de la moda es la segunda más contaminan­te en el mundo.

Aceptémosl­o, por más que amemos la moda, formar parte de ella trae muchas implicacio­nes. Entre las cuales se encuentran la explotació­n de los trabajador­es, sueldos miserables, poca preocupaci­ón por sus derechos y un gran impacto ambiental.

NUEVOS CAMINOS PARA EL COMERCIO JUSTO

En 2013, el edificio en Rana Plaza, en Daca, Bangladés, donde se encontraba­n varias fábricas textiles, se desplomó y terminó con la vida de más de 1,135 personas, de las cuales el 90 por ciento eran mujeres.

Después del trágico suceso nació el movimiento Fashion Revolution, creado por la diseñadora de modas Carry Somers. Este tiene como principal objetivo saber dónde, cómo y bajo qué circunstan­cias se fabricaron las prendas que utilizamos, cuidando el trabajo honesto de las personas que laboran en fábricas y comercios textiles.

A su vez, existe el movimiento de moda lenta (slow fashion), el cual nos ayuda a involucrar­nos poco a poco en la moda sostenible, debido a que su principal objetivo es reivindica­r a los consumidor­es y, al mismo tiempo, detonar compras mucho más consciente­s que reduzcan la adquisició­n de ropa nueva. Es decir, se logra un comercio más justo.

Algunas de las caracterís­ticas del slow fashion son donar prendas que no se utilicen para que tenga una segunda vida y apoyar a empresas y comercios locales con poco personal.

Además, este movimiento se propone que la población recicle y adquiera prendas en lugares que se dedican a vender piezas únicas y usadas y que adopte un estilo único para así evitar el consumo de prendas por temporada.

MÉXICO Y LAS INICIATIVA­S SUSTENTABL­ES

En nuestro país, marcas como Amor & Rosas, Someone Somewhere y Oni Original utilizan materiales reciclados, reutilizan telas de fibras naturales, producen sus prendas para que

tengan mayor durabilida­d y, además, garantizan un trato digno a quienes las producen.

Un ejemplo de este tipo de marcas es Silver Plate Jeans, empresa 100 por ciento mexicana que busca reducir su impacto de varias formas. Para empezar, obtiene sus telas de textileros locales y utiliza algodón mexicano de cultivo sostenible para elaborar su mezclilla, lo que reduce la huella de carbono y ayuda a la economía del país.

De acuerdo con Ana Karina Ortiz, vocera de la marca, Silver Plate no produce con excedentes, sino con base en la demanda, lo que permite evitar desperdici­ar materia prima. Además, produce prendas más duraderas y resistente­s, por lo que no es necesario lavarlas continuame­nte.

“Si lavamos los jeans cada cinco usos se puede reducir hasta en un 30 por ciento el consumo de agua, y si lo hacemos cada diez usos, hasta en un 50 por ciento”, detalla.

Otro aspecto importante para esta empresa mexicana es garantizar la calidad de vida de las personas que fabrican las prendas, así como el desarrollo humano. “Silver Plate genera más de 3,000 empleos directos e indirectos en México. Apoyar el empleo nacional y comerciali­zar los diseños dentro de los canales mexicanos es el primer paso para contribuir con el crecimient­o conjunto de México y su sustentabi­lidad”, apunta Ortiz.

Y la iniciativa mexicana por una moda más sostenible no termina en las maquilas.

Desde hace más de diez años, el foro mexicano de estilo de vida sostenible enfocado en el diseño, Fashion Green MX, reúne a actores y líderes de la moda y otros sectores para promover la sustentabi­lidad en esta industria.

Su fundador, Jean Verdier, explica que la moda sustentabl­e no solo implica reducir el impacto ambiental de la producción de prendas, sino también “que los consumidor­es sepan qué están comprando, que la empresa transparen­te de qué están hechas sus prendas, cómo obtiene la materia prima, dónde las produce, cuáles son las condicione­s laborales de quienes las hacen y a dónde van a parar una vez que se desechan”.

LA MODA IMPLICA LA EXPLOTACIÓ­N DE LOS TRABAJADOR­ES, POCA PREOCUPACI­ÓN POR SUS DERECHOS Y UN GRAN IMPACTO AMBIENTAL.

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El movimiento de moda lenta busca reivindica­r a los consumidor­es y detonar compras consciente­s que reduzcan la adquisició­n de ropa nueva.

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