CONCEDER ALGUNAS EXENCIONES TRIBUTARIAS
EN LUGAR DE PEDIRLE al presidente que gaste más dinero, Griffith quiere que el gobierno se concentre en disminuir los impuestos y las regulaciones de negocios. Señala que, aunque la intención de los recortes fiscales concedidos por el presidente Trump a las corporaciones es que duraran para siempre, la mayoría de los recortes para las personas físicas expiran en 2025. Hacer que se vuelvan permanentes, así como permitir que los negocios deduzcan el costo total de algunas inversiones de capital, dice, “dará un impulso permanente al crecimiento económico a largo plazo”.
No es que él quiera sonar demasiado optimista. Dados los fondos adicionales para estímulos que el gobierno probablemente aprobará, además de lo que ya se ha gastado, junto con el enorme déficit federal que existía antes de la pandemia, piensa que lo más probable es que haya aumentos de impuestos. Aun así, Griffith señala que ese es el camino equivocado: “Una política fiscal para fomentar el crecimiento requiere, a final de cuentas, poner en orden nuestros asuntos fiscales”.