Newsweek Baja California

¿Por qué el fotógrafo de la ‘niña del napalm’ aceptó una medalla de Donald Trump?

A pesar de la controvers­ia que rodea al expresiden­te de Estados Unidos, Nick Ut, galardonad­o con el Pulitzer, afirma que recibir la Medalla de las Artes fue “el momento más feliz de mi vida”.

- POR NICK UT • @nickut

UN DÍA antes de que el fotógrafo Nick Ut recibiera la Medalla de las Artes de manos de Donald Trump, otro famoso nominado para dicha presea declinó públicamen­te ese honor: Bill Belichick, entrenador principal de los Patriotas de Nueva Inglaterra y amigo del expresiden­te desde hacía mucho tiempo. Belichick, que recibiría la Medalla Presidenci­al de la Libertad la misma semana en que Ut sería galardonad­o, mencionó los “trágicos sucesos” de los disturbios en el Capitolio como su razón para declinar el premio.

Sin embargo, Ut se mostró imperturba­ble. Nacido en Vietnam y después de trabajar como fotógrafo para AP por más de 50 años hasta su retiro en 2017, considerab­a la ceremonia de premiación como un momento muy personal y no político, y como el toque final para su larga e histórica carrera.

Aunque es famoso principalm­ente por su fotografía de varios niños huyendo de un ataque con la gasolina gelatinosa napalm (la imagen, que muestra en el centro a una niña desnuda gritando de dolor, ayudó a cambiar la opinión pública acerca de la guerra de Vietnam), que lo hizo acreedor al premio Pulitzer, Nick Ut también cubrió incendios forestales, disturbios, celebridad­es de Hollywood (su fotografía de Paris Hilton bañada en lágrimas también se volvió icónica), el caso de O. J. Simpson, los Juegos Olímpicos y al Papa.

Esta es la historia de su decisión de aceptar la medalla de manos del entonces presidente Trump —le fue entregada el pasado 13 de enero—, a pesar de que algunos amigos lo aconsejara­n que no lo hiciera, contada en sus propias palabras a Jenny Haward, editora en jefe de Newsweek.

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Cuando me dijeron que Donald Trump deseaba otorgarme la Medalla Nacional de las Artes en la Casa Blanca me sentí muy emocionado; creo que mi reacción fue: “¡Oh, Dios mío!”. Originalme­nte, el premio se otorgaría en marzo pasado, pero la ceremonia fue pospuesta debido a la pandemia de COVID-19. Entonces me llamaron el mes pasado y me dijeron que dicha ceremonia se había reprograma­do para el 13 de enero.

Mi amigo el fotógrafo Mark Edward Harris y yo llegamos a Washington, D. C., recorrimos los alrededore­s del Capitolio y tomamos algunas fotos. Yo hice unas tomas de la Guardia Nacional y de las flores que se habían colocado para honrar al oficial de policía que murió [en los disturbios del Capitolio]. Fue una hermosa toma.

He cubierto muchos disturbios y protestas, entre ellos, los disturbios de Los Ángeles en 1992 cuando Rodney King fue golpeado por la policía, así como las protestas de Black Lives Matter del año pasado. Puede ser peligroso, pero también cubrí la guerra de Vietnam, por lo que sé cuidarme, aunque me han herido tres veces. Me entristeci­ó ver los disturbios en el Capitolio, aunque me habría gustado estar ahí para tomar fotos. Los manifestan­tes deben

ser pacíficos, y esta protesta fue demasiado violenta. Cuando alguien protesta no debe matar a nadie.

No vi el mitin de Trump antes de los disturbios, y estoy seguro de que muchas personas están muy molestas conmigo por aceptar la medalla. Pero se trata de mi vida personal. Actualment­e soy una persona mayor, por lo que me siento feliz de que un presidente me haya dado un premio. Quería estar aquí. Para mí, tiene que ver más con recibir un premio de manos de un presidente.

Antes de la ceremonia se realizó un evento de bienvenida y Trump lucía feliz cuando me felicitó. Habló de mi fotografía de la “niña del napalm” y dijo que se sentía muy feliz de que yo estuviera ahí. Le di una copia de la foto de la “niña del napalm”; le dije que la había

firmado y que Phan Thi Kim Phuc [la niña de

la foto], conocida como Kim Phuc, también la había firmado. Le dije que Kim quería verlo y me respondió: sí, quizás en el futuro. Estaba muy emocionado cuando le entregué la foto.

Durante la ceremonia, Trump pronunció un discurso sobre la importanci­a de la fotografía y de cómo yo había hecho el viaje desde Vietnam hasta Hollywood para fotografia­r celebridad­es. Cuando colocó la medalla alrededor de mi cuello fue el momento más feliz de mi vida. No podía creer que un presidente de Estados Unidos me estuviera entregando una medalla. Todo el mundo aplaudía y me felicitaba. Después, le pidió a un asistente que le diera la foto y la mostró a la multitud.

En ese momento no sabía que se había propuesto someter a Trump a un juicio político por segunda vez. Simplement­e le deseé buena suerte. Muchos de mis amigos me llamaron para decirme que no acudiera, pensaban que podía ser peligroso, especialme­nte con el COVID-19. Y estoy seguro de que en los próximos días recibiré muchos mensajes sobre mi aceptación del premio. Pero no me importa si todo el mundo está furioso porque el premio es para mí personalme­nte, y me fue entregado por el presidente de Estados Unidos. Él era el presidente. Y de Estados Unidos. Tenemos libertad aquí. Nunca me olvido de ello.

De hecho, conocí a Donald Trump en Los Ángeles antes de que fuera presidente; le encantaba mi foto de Vietnam. Me dijo: “Nick, tu imagen cambió el mundo”. Hablaba de mi foto de la “niña del napalm”. Tomé esa foto cuando estaba en una misión para Associated Press (AP) en Trng Bàng durante la guerra de Vietnam. Mi hermano mayor era un fotógrafo sorprenden­te, era una estrella de cine Las artes marciales eran algo nuevo en Vietnam y uno de los mejores fotógrafos para el actor california­no de 19 años. de ese país. Cuando yo tenía 14 años me dijo

Sobre la niña de la foto: “Somos como una familia, hablamos por teléfono casi cada semana”.

que quería que me convirtier­a en fotógrafo. Cuando mi hermano murió mientras trabajaba, en 1965, me pregunté a mí mismo: “¿Qué estoy haciendo con mi vida?”. Mi cuñada tuvo la idea de llamar a AP para que me dieran trabajo, pero le dijeron que era demasiado joven. Un mes después me llamaron y me dieron empleo.

Años después, la mañana del lunes 8 de junio de 1972, cerca de las 8:00 horas, llegué al poblado de Trng Bàng y estuve ahí unas horas tomando fotografía­s. Estaba a punto de volver a Saigón cuando vi cómo un avión arrojaba cuatro bombas de napalm sobre Trng Bàng. Nunca había visto explotar una bomba tan cerca.

“VI A UNA NIÑA CORRIENDO CON LOS BRAZOS AL AIRE”

No creí que quedara nadie en el poblado esa mañana, pero entonces vi personas corriendo por la Autopista 1, cargando los cadáveres de varios niños. Comencé a tomar fotos y entonces, unos minutos después, vi a una niña (Kim Phuc) corriendo con los brazos al aire. Mi primera reacción fue preguntarm­e por qué no llevaba ropa, pero mientras corría para acercarme a ella y tomaba fotos pude ver que tenía graves quemaduras. Sabía que estaba muriendo, por lo que le puse agua de inmediato para ayudarla, y después la llevé en auto a un hospital local a casi 40 minutos de distancia. Sin embargo, me dijeron que había tantas personas heridas que no podían ayudarla y me dijeron que llevara a Kim a Saigón. Les expliqué que creía que, si la llevaba en mi auto una hora más, moriría. Aun así, no querían ayudarla, por lo que les mostré mi pase de prensa y les dije: “Si muere, la fotografía estará en la portada de los diarios de todo el mundo”. Entonces la ingresaron de inmediato.

Cuando volví a AP en Saigón, mis colegas vieron la expresión en mi rostro y me preguntaro­n qué había pasado. Les conté la historia y les mostré mi fotografía de Kim. A algunos les gustó, pero otros señalaron que se trataba de una niña de nueve años totalmente desnuda. Entonces, Horst Faas, el director de AP en Saigón, volvió de almorzar, vio la imagen y preguntó por qué no la habíamos enviado de inmediato a la Ciudad de Nueva York. Entonces la imagen se envió a Nueva York y de ahí a todo el mundo.

Si no hubiera ayudado a Kim ella habría muerto. Y si hubiera muerto, no creo que yo hubiera podido vivir conmigo mismo.

Cuando fui por primera vez a Hanói varios años después de la guerra creí que las personas estarían furiosas conmigo. Pero cuando estuve ahí se mostraban tan felices de verme que lloraban y decían: “Nicky, tú paraste la guerra. Seguimos vivos gracias a tu fotografía”. Después de todos esos años sigo pensando en la guerra y en la suerte que tuve por haber sobrevivid­o a ella. En ocasiones todavía tengo pesadillas.

Desde que me mudé a Estados Unidos, en 1977, he pasado más de 40 años en Los Ángeles y he cubierto todas las noticias principale­s que han ocurrido ahí, desde los disturbios por el caso de Rodney King hasta el juicio de O. J. Simpson. [El actor] Robert Blake incluso me invitó a almorzar cuando lo juzgaban por el asesinato de su esposa, del que más tarde fue absuelto. No quería que nadie más lo retratara. Así que almorcé con él porque necesitaba una foto suya para mi reportaje.

Entonces, en 2007, acababa de volver de un viaje a Vietnam cuando mi editor me dijo que tenía que ir a West Hollywood para cubrir la nota de Paris Hilton en el tribunal. El 8 de junio, el mismo día y a la misma hora de la mañana en que tomé la foto de “la niña del napalm”, aunque muchos años después, capté una imagen de Paris Hilton llorando. Las personas ponían esa foto junto a la de Kim y decían que les recordaba a esta última, aunque Kim vive con un increíble dolor todos los días debido a sus heridas.

Kim quería asistir a la ceremonia, pero vive en Canadá, y por la pandemia no pudo hacerlo. Estaba muy molesta. Me llamó para decirme que hubiera deseado estar ahí y que saludara al presidente de su parte. Somos como una familia, hablamos por teléfono casi cada semana. Ella me dice tío Nick.

Me quedé en Washington para la toma de posesión de Joe Biden. Aunque me retiré de AP hace algunos años, no quiero retirarme nunca de la fotografía. Si el dedo con el que disparo el obturador comienza a dolerme demasiado, quizá tenga que retirarme. Pero actualment­e estoy sano y tomó fotos todos los días. Sería aburrido quedarme en casa.

Estoy muy feliz por haberme convertido en ciudadano estadounid­ense, he podido viajar por todo el mundo como fotógrafo. Para mí, Estados Unidos representa la libertad. Espero que el futuro sea mejor. Sé lo que es la guerra, he visto morir a muchas personas. No quiero ver eso aquí.

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tomaran por asalto el Capitolio de Estados Unidos.
El fotógrafo Nick Ut con la Medalla de las Artes que le otorgó el expresiden­te, una semana después de que partidario­s de Trump tomaran por asalto el Capitolio de Estados Unidos.
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mostró su copia firmada de la icónica imagen de la “niña del napalm”.
Ut, con Trump en la ceremonia de premiación en la Casa Blanca, donde el expresiden­te mostró su copia firmada de la icónica imagen de la “niña del napalm”.

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