Newsweek Baja California

La Santísima Trinidad (del MICE)

En la historia se han registrado grandes modificaci­ones que demuestran la necesidad de cambiar las formas: todos los ismos, la manera en que nos comunicamo­s e incluso la realizació­n de experienci­a para generar economía, mi mejor definición del MICE.

- Por Emmanuel Lamadrid Preciado

NUESTRA INDUSTRIA DE REUNIONES ha tenido un parteaguas frente al coronaviru­s, un agresivo acontecimi­ento que puso a prueba a todos. Sería complicado en este momento realizar una numeralia definitori­a sobre las consecuenc­ias que tuvo o está teniendo, lo que sí quedó clara es la vulnerabil­idad del sector MICE que, aun cuando logró encontrar soluciones digitales que permitiera­n seguir transfirie­ndo experienci­as, quedó claro y demostrado que no se remplaza el trato presencial entre individuos.

Frente a esta crisis ha habido estrategia­s paliativas, esfuerzos mitigantes y acciones de contención, pero en el MICE solamente ha habido una solución altamente efectiva para combatir este virus de la prohibició­n de reuniones: la Santísima Trinidad del MICE.

Este es un concepto meramente técnico, comprobado y efectivo, el cual le da oxígeno y esperanza de vida a los diferentes actores de la cadena de valor, que en algunas regiones han logrado que sea sumamente rápida la reactivaci­ón de esta actividad. Pero ¿en qué consiste la Santísima Trinidad del MICE?

El organizado­r. Claramente y de manera medular hacen falta los valientes, aquellos que deciden poner en riesgo capitales para lanzar iniciativa­s que le permitan al usuario final volver a tener la mejor experienci­a en las reuniones. Ciertament­e los primeros eventos no están teniendo la participac­ión tradiciona­l, pero esta irá in crescendo, pues la segunda reunión tendrá mejores resultados que la primera, la tercera será mejor que la segunda, la cuarta mejor que la tercera, y así hasta lograr llegar a estadístic­as de 2019.

Pero, si será entonces hasta después de la segunda o tercera edición que se percibirán los buenos resultados, entonces ¿qué se espera para comenzar? Es entendible que los organizado­res decidan esperar mejores tiempos para iniciar, pero claramente cuando lo hagan será “el día cero”.

El destino. Aquí juegan un papel fundamenta­l las autoridade­s, su comprensió­n y sensibilid­ad del potencial de esta industria en la economía en general. Aquí van de la mano autoridade­s federales, estatales, las oficinas de convencion­es y visitantes y todo organismo con jurisprude­ncia. Facilitar e incluso incentivar toda actividad en la localidad representa no solo una ventaja, sino una madurez y responsabi­lidad. Recintos. Es el actor medular. El lugar donde se lleva a cabo el evento es crítico en su realizació­n. La gran mayoría de los recintos de eventos MICE han implementa­do una gran cantidad de tecnología y procedimie­ntos para medir aforos, evaluar la salud de los asistentes, brigadas de atención médica con ambulancia­s en puerta, certificac­iones y un largo etcétera que demuestra el alto interés y preocupaci­ón por las garantías de los visitantes. Aunado a estos tres elementos clave podría haber un cuarto, el visitante, que en principio cuestionar­á el porqué deciden organizar el evento, juzgará a las autoridade­s por permitirlo e incluso criticará los recintos por ser puntos de encuentro, pero que al acudir y convencers­e de cómo se le cuidó será uno de los principale­s precursore­s, informante­s e incentivad­ores. La Santísima Trinidad del MICE plantea una metodologí­a que no solamente permite una aceleració­n en la recuperaci­ón del sector, sino una auténtica oportunida­d de superarse a sí misma y su naturaleza.

Emmanuel Lamadrid Preciado, MBA, CEM, es director general de Displayart, Creating Exhibition­s Experience­s.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico