A prueba de todo
Belén nos comparte su historia, en tierras europeas.
Pareciera que es una costumbre arraigada que la novia llegue tarde a todos los momentos importantes de su gran día, desde el maquillaje, su sesión de fotos, la ceremonia civil, así como la ceremonia religiosa, y sin dejar sentida la recepción.
Debemos tener en cuenta que es una gran falta de respeto para el novio, sus acompañantes, familias y proveedores que los asisten y que no le demos el significado, importancia y valor correspondiente a esa mágica palabra: tiempo.
Es por ello que debemos de organizar cuidadosamente el programa de nuestro gran día, buscando cumplir al pie del cañón con los horarios y aún mejor, dejando un tiempo de sobra entre un momento y otro.
Porque es importante saber que en muchos lugares o proveedores no tendrán consideración sólo porque eres “la novia”: cada vez se busca crear más conciencia en las personas que no por pagar o apartar algo, tienes todo asegurado.
Hay que valorar también el tiempo de los demás tratando de no andar a las carreras, para disfrutar enorme y plenamente de tu día tan especial.
Existe un margen de tolerancia muy pequeño tanto en los salones de belleza como en la iglesia, y hasta el mismo juez; sin dudarlo, tendrán el derecho de cancelar el servicio o impartición de ceremonia por respeto a las personas que están después de ti, ya sea otra novia, otro cliente, otra misa, etcétera.
Por lo tanto, te aconsejo que realices un cronograma e itinerario del día de tu boda con tiempos reales, direcciones y teléfonos, y que tanto chofer, maquillista, familia, fotógrafo y mejor amiga sepan los tiempos del día esperado, para que te ayuden a cumplirlo y/o te presionen para que no llegues tarde a ninguna parte.
Te sugiero que tomes en cuenta un tiempo extra (una hora o 45 minutos probablemente serán más que suficientes) entre cada uno de los compromisos, para que estés preparada en caso de que haya algún inconveniente.
Con dicha información, si surge algún problema, ellos pueden actuar rápidamente sin tener que estresarte a ti; así podrás llegar tranquila a los lugares donde estás citada.
También te puede ayudar, desde días antes, tener en tu habitación (en cajas y ordenado por tiempos) todo lo que necesitas usar durante el día de tu boda, para que no tengas que estarlo buscando en ese momento.
El valor de la puntualidad es la disciplina de estar a tiempo para cumplir nuestras obligaciones: una cita de trabajo, una reunión de amigos, un compromiso en la oficina, un trabajo pendiente por entregar, pero aún más en ese día tan esperado: el día de tu boda.
ARREGLO PERSONAL: aretes, zapatos, tocado, liga, velo, vestido, perfume, costurero etcétera.
CEREMONIA RELIGIOSA: arras, anillos, lazo, biblia, cojines, etcétera.
HIELERA: Refrescos, agua, chocolates, energizantes.
Esto con el objetivo de que si no tienes tiempo de comer o te agobia el calor, no pierdas tiempo en que te lo consigan y puedas solucionar con más rapidez este problema.
No olvides que es fundamental que las personas que van a participar tanto en las fotos como en la ceremonia civil y/o religiosa se encuentren en el lugar a realizarse 30 minutos antes del evento, para evitar problemas porque no encuentran el lugar, no hay estacionamiento, entre otros incidentes.
Recuerda que por más que tengas todo planeado minuto a minuto, puede que los horarios se extiendan y termines corriendo para llegar de un lugar a otro; trata de evitarlo, siendo fiel a estos consejos y dejándote llevar por manos de los expertos; valora siempre el tiempo de los demás y nunca te confíes. ¡Disfruta tu día!