Contra todo pronóstico
Es increíble que después de tanta preparación para organizar la boda de tus sueños, ésta se pueda ver afectada días antes por un pronóstico climático nada favorable, indicando que justo ese día todo se puede arruinar, y estropear el día más esperado y fel
Esto es aún más preocupante si para ese gran acontecimiento has elegido realizar tu recepción en un área exterior, ya sea jardín o playa; yo en lo personal, como coordinador de bodas, me he visto en la urgente necesidad de cambiar el lugar de la recepción de la boda un día antes, cuando el día tan esperado por todos se ve amenazado por la llegada de algún huracán, pues éste lo arruinaría todo.
Un repentino cambio de lugar trae consigo una serie de imprevistos y gastos que no habían sido programados en el presupuesto inicial del proyecto ya que se tiene que contratar otra locación, lo cual genera un gasto extra.
Otras parejas optan por la instalación de carpas o toldos en el área donde se desarrollará el evento, lo cual también genera un gasto significativo, aunado a que de alguna forma inmediata y urgente se tiene que informar a cada invitado de la nueva sede del evento. Yo lo que recomiendo es que si eligen estos meses para su enlace y deciden que su recepción sea en exterior, se cercioren primero de tener un plan B.
Hoy en día, las nuevas empresas de celebración de bodas diseñan y construyen sus instalaciones de manera más práctica, de tal forma que ofrecen a sus clientes áreas de salón y de jardín, para que tengas la opción de elegir el lugar de tu gusto y un día antes, en caso de verse afectados por lluvia, puedan cambiarse al lugar protegido que ofrece el establecimiento.
De no estar ocupado dicho lugar por otros clientes, sería una buena solución para el desarrollo de tu celebración.
Si no se encontró ninguna opción para resguardarse de la posible lluvia, es decir, no se pudo cambiar de lugar porque ya no hay presupuesto, ni tampoco instalar carpas porque los tiempos ya no dan, pues lo primero que hay que hacer es tomarlo con gran humor (no hay de otra).
La alegría se contagia y hay que trasmitirla: recuerden que de niños bailoteábamos debajo de la lluvia; deja tu vestido largo o tu traje o smoking y vístete de lo más relajado, ponte las sandalias o tenis más cómodos y a disfrutar del festejo.
Créanme que he tenido bodas, sobre todo en playa que ni la lluvia ha impedido, así que disfruten al máximo del gran acontecimiento. Antes de elegir el mes preferido para su enlace, acérquense a un experto en bodas para que los asesore y se asegure de que el día más esperado por ustedes sea el más feliz de sus vidas.