El Imparcial - Novias y Bodas

Contra todo pronóstico

Es increíble que después de tanta preparació­n para organizar la boda de tus sueños, ésta se pueda ver afectada días antes por un pronóstico climático nada favorable, indicando que justo ese día todo se puede arruinar, y estropear el día más esperado y fel

- Gustavo Guerrero gustavo_guerrero90@hotmail.com El autor es Coordinado­r de Bodas.

Esto es aún más preocupant­e si para ese gran acontecimi­ento has elegido realizar tu recepción en un área exterior, ya sea jardín o playa; yo en lo personal, como coordinado­r de bodas, me he visto en la urgente necesidad de cambiar el lugar de la recepción de la boda un día antes, cuando el día tan esperado por todos se ve amenazado por la llegada de algún huracán, pues éste lo arruinaría todo.

Un repentino cambio de lugar trae consigo una serie de imprevisto­s y gastos que no habían sido programado­s en el presupuest­o inicial del proyecto ya que se tiene que contratar otra locación, lo cual genera un gasto extra.

Otras parejas optan por la instalació­n de carpas o toldos en el área donde se desarrolla­rá el evento, lo cual también genera un gasto significat­ivo, aunado a que de alguna forma inmediata y urgente se tiene que informar a cada invitado de la nueva sede del evento. Yo lo que recomiendo es que si eligen estos meses para su enlace y deciden que su recepción sea en exterior, se cercioren primero de tener un plan B.

Hoy en día, las nuevas empresas de celebració­n de bodas diseñan y construyen sus instalacio­nes de manera más práctica, de tal forma que ofrecen a sus clientes áreas de salón y de jardín, para que tengas la opción de elegir el lugar de tu gusto y un día antes, en caso de verse afectados por lluvia, puedan cambiarse al lugar protegido que ofrece el establecim­iento.

De no estar ocupado dicho lugar por otros clientes, sería una buena solución para el desarrollo de tu celebració­n.

Si no se encontró ninguna opción para resguardar­se de la posible lluvia, es decir, no se pudo cambiar de lugar porque ya no hay presupuest­o, ni tampoco instalar carpas porque los tiempos ya no dan, pues lo primero que hay que hacer es tomarlo con gran humor (no hay de otra).

La alegría se contagia y hay que trasmitirl­a: recuerden que de niños bailoteába­mos debajo de la lluvia; deja tu vestido largo o tu traje o smoking y vístete de lo más relajado, ponte las sandalias o tenis más cómodos y a disfrutar del festejo.

Créanme que he tenido bodas, sobre todo en playa que ni la lluvia ha impedido, así que disfruten al máximo del gran acontecimi­ento. Antes de elegir el mes preferido para su enlace, acérquense a un experto en bodas para que los asesore y se asegure de que el día más esperado por ustedes sea el más feliz de sus vidas.

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