Una norma estancada
La NOM-020 para edificaciones, que ahorraría 80 mdp en subsidios, no se aplica, pese a que se publicó a mediados de 2013.
Se sigue sin aplicar la NOM-020 para edificaciones, que ahorraría 80 mdp en subsidios.
Si se aplicara la NOM-020-ENER-2011, sobre eficiencia energética en edificaciones, se evitarían 40 millones de kilovatios/ hora y más de 80 mdp en subsidios por año sólo en viviendas nuevas, según la Red para la Transición Energética. Pero sigue estancada, tras su publicación a mediados de 2013.
“Sacas tu licencia y nadie te dice nada sobre la NOM”, asegura José Piccioto, director de proyectos de Piccioto Arquitectos, quien lamenta que sea voluntaria, pese a que cumplirla supone la mitad del proceso de certificación.
Para Alejandro Cruz, director financiero de Desarrolladora A& L, la inversión en la normativa debe estar en equilibrio con la rentabilidad de los proyectos, para no incrementar el costo de la vivienda, y considerar el mantenimiento.
“El problema de la NOM-020 es que no hay homologación en cuestión del clima (por regiones). Tiene huecos que hace entre 15,000 y 20,000 pesos más cara la vivienda.
Lo que se está haciendo es llegar a un punto donde sea sustentable sin aumentar el costo”, explica Sergio Leal, director de Vinte.
En México se construyen al año cerca de 145,000 viviendas en zonas cálidas, con un costo de más de 240 millones de pesos (mdp) en subsidios a la electricidad.
La norma es obligatoria conforme a la Ley Federal de Metrología y Normalización y ya pasó por la medición de impacto negativo sobre la población en materia económica, de salud y seguridad, tras haber sido aprobada por la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer). Por esa razón, “no tendría discusión su aplicación”, recalca Evangelina Hirata, directora técnica del Organismo Nacional de Normalización y Certificación de la Construcción y Edificación (ONNCCE).
“Estas mejoras impactan en el costo de inversión y se recuperan en la operación”, afirma Honorato Carrasco Mahr, secretario general de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, tras reconocer que en materia de envolventes la NOM- 020 indica el uso de materiales de transferencia que mantengan la temperatura de manera natural, lo que encarece la construcción.
“Lamentablemente, desarrollamos normativas de primer mundo y nuestro mercado no alcanza esos niveles”, afirma el especialista, quien prevé que la amortización tardaría entre cinco y 10 años.
La otra opción es construir de manera tradicional ‘casas pasivas’ y aplicar la legislación sin gastos considerables. Hirata coincide con la idea y recuerda que las normas emitidas han elevado la competitividad del sector con mejoras constructivas.
“Posiblemente el temor del gobierno sea que si se aplica alguna condición adicional a los desarrolladores desalentaría la producción de vivienda, lo cual es cuestionable”, concluye la directiva de ONNCCE.
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