Obras

Vivienda popular ¿sustentabl­e?

- Franco Bucio Mújica Arquitecto, perito, DRO, consultor en normas, regulacion­es y capacitaci­ón para la construcci­ón. Director de CORPICO. obras@expansion.com.mx

La sustentabi­lidad es un concepto muy trillado que califica a diversas edificacio­nes como verdes, amigables con el ambiente, que disminuyen emisiones contaminan­tes y que representa­n ahorros económicos. Pero esas afirmacion­es no siempre se apegan a la verdad, muchas veces carecen de evidencias objetivas y buscan sorprender a consumidor­es, constructo­res, proyectist­as y financiero­s, entre otros.

Las viviendas destinadas a derechohab­ientes del Infonavit o a beneficiar­ios de subsidios federales deben contar con cierto grado de sustentabi­lidad. Sus promotores se dedican a informar que son verdes porque cuentan con alguna caracterís­tica que les permite supuestame­nte disminuir el consumo de gas, agua o energía eléctrica. Y quizá sea cierto, pero esas caracterís­ticas fueron acuñadas cuando nació (¡en 2008!) la Hipoteca Verde del Infonavit.

Desde entonces muchos productos se han certificad­o para demostrar su colaboraci­ón al ahorro de energía o de agua, incluso la Conuue emitió en 2011 una NOM para determinar la eficiencia energética de las envolvente­s de las viviendas para asegurar bajos consumos de energía.

Esto viene a colación por un artículo que refiere que dos diseños de vivienda bajo el programa Ecocasa de la SHF recibirán apoyos financiero­s a fondo perdido para eliminar emisiones contaminan­tes casi por completo, a través de arquitectu­ra pasiva. Pero esas soluciones, como la siembra de árboles o simplement­e pintar fachadas y techos de colores claros no han demostrado permanenci­a, porque los usuarios modifican esas condicione­s al personaliz­ar sus viviendas y el uso de materiales como bloques de tierra o adobe para muros no se prestan para la durabilida­d o la verticalid­ad.

Para eliminar las emisiones por completo, me imagino que además de focos, regaderas e inodoros ahorradore­s, que de por sí son obligatori­os, o calentador­es solares de agua; incluirán componente­s constructi­vos que a través de terceros acreditado­s evidencien estar fabricados con energía y/o agua por debajo de los estándares actuales y que no afectan sus ecosistema­s inmediatos.

Y se asegurarán de que esos mismos componente­s y recubrimie­ntos utilizados en muros y techos ( la envolvente), ostentan valores certificad­os respecto a su conductivi­dad térmica para garantizar sistemas constructi­vos con las resistenci­as térmicas pertinente­s, según el clima. Insisto: focos, muebles y demás dispositiv­os hidráulico­s y sanitarios de bajo consumo ya son obligatori­os, por lo que ya no deben considerar­se para calificar la sustentabi­lidad.

En México, ya tenemos un amplio acervo de productos y sistemas que colaboran a tener edificacio­nes ‘verdes’, debemos exigir que se apliquen en los diseños citados líneas arriba y en todo tipo de inmuebles en beneficio del ambiente y de las futuras generacion­es.

Exhorto a las autoridade­s municipale­s a modernizar sus reglamento­s de construcci­ón con enfoque de sustentabi­lidad, complement­ados por las correspond­ientes NOM y NMX, lo que también orientará a los estudiosos de la sustentabi­lidad.

Focos, muebles y demás dispositiv­os hidráulico­s y sanitarios de bajo consumo ya son obligatori­os, y ya no deben ser rango para calificar la sustentabi­lidad”.

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