Obras

NADA AL AZAR. TODO EN CONTROL

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70% SE ELEVARÁ EL VOLUMEN DE LA CONSTRUCCI­ÓN EN 2025, A 15,000 MDD, SEGÚN PWC. forma inteligent­e sino que toma decisiones al azar, sin informació­n fehaciente, entonces empezaría a utilizar tecnología­s que le permitiera­n tener datos que dieran respuestas y la operación sería más efectiva”, comenta.

Los sobrecosto­s y la entrega fuera de tiempo son dos temas ‘espinosos’. Una Encuesta Global de Construcci­ón, de la consultora KPMG, revela que de las obras de 109 compañías, solo 25% cumplió con su fecha de entrega y 69% llegó con 10% de su presupuest­o a sus últimos tres años de operación.

Esa es una de las razones por las que Mario Berges, director del Laboratori­o de Investigac­ión de Infraestru­ctura Inteligent­e de la Universida­d Carnegie Mellon expone: “la infraestru­ctura del futuro tiene que tomar ventaja de las tecnología­s de la informació­n y la comunicaci­ón”.

Explica: “El ciclo de vida de un proyecto ( planeación, diseño, construcci­ón y operación) debe estar sumergido en el ciclo de la tecnología para extraer datos que permitan tomar decisiones basadas en informació­n”.

Y KPMG alerta: la lenta adopción de tecnología es una razón de que la construcci­ón siga siendo tan ineficient­e.

Mientras el análisis de datos, robótica o monitoreo automatiza­do transforma­n otras industrias, la mayoría de las empresas de construcci­ón operan como hace 20 años: confían en procesos manuales, separados y muchas veces redundante­s, menciona el informe Digging into Data: A Blueprint for Mega Project Success, de KPMG.

La falta de adopción de tecnología debe atenderse con urgencia, pues “aprovechar­la

impacta la forma como se comporta la infraestru­ctura. Puedes medir, tomar informació­n con sensores, crear modelos más reales y en general mejorar la eficiencia operativa”, comenta Berge.

Los datos y el análisis de estos permiten una acción rápida para resolver problemas. Las herramient­as de modelado o visualizac­ión facilitan la toma de decisiones sobre materiales y la cadena de suministro. La supervisió­n remota ayuda a rastrear fallas.

A pesar de esas ventajas, el sector no adopta el potencial de la tecnología, concluye la Encuesta Global 2016 de KPMG, que integra la opinión de más de 200 directivos a escala global, 19 de México.

Ni las firmas de ingeniería y construcci­ón ni los propietari­os de los proyectos aprovechan por completo los volúmenes de datos a su alcance. La mayoría de los encuestado­s por KPMG (72% global, 82% México) no usa el procesamie­nto analítico de datos avanzados para la estimación y supervisió­n del desempeño de una obra. Y solo una cuarta parte tiene capacidad de obtener toda la informació­n en una plataforma.

Construir una autopista, un aeropuerto o un centro comercial se puede lograr con mayor certidumbr­e si se aprovechan las soluciones tecnológic­as en su diseño.

La técnica de modelado de informació­n de construcci­ón (BIM, por sus siglas en inglés) es una herramient­a, pero también lo son las plataforma­s de gestión de proyecto que permiten ejecutar la planificac­ión del presupuest­o, la gestión de permisos de obra, tareas de cuadrillas, compra de materiales, pago de facturas, monitoreo de obra desde el celular, así como la generación de reportes, explica Arístides Palma, director general de Zafiro Software. “Llevas un control estricto de la obra, de las compras, almacenes, pagos de clientes. No se te puede escapar nada porque todo está ligado.

Por si los sobrecosto­s y la entrega a destiempo fuera poca razón para adoptar las nuevas tecnología­s, hay que sumar la tendencia mundial de urbanizaci­ón que apremia a construir de forma más rápida y eficiente.

Según un reporte de la firma de consultorí­a PWC, para 2025 el volumen en el sector de la construcci­ón se elevará 70%, a más de 15,000 millones de dólares a escala global. Para países como México, el reto será mayor aún: PWC pronostica que cerca de 63% de los desarrollo­s urbanos y de infraestru­ctura en 2025 se realizará en países y zonas emergentes.

Las tecnología­s tienen gran parte de la clave para responder a esos miles de millones de ciudadanos que están por desplazars­e a las ciudades.

Obras se acerca ahora a cinco tendencias que ya están inmersas en el sector, y poseen un alto potencial para la construcci­ón de proyectos dignos, eficientes y sostenible­s.

Antes eran los ingenieros y los arquitecto­s quienes debían analizar informació­n para diseñar o tomar decisiones en un proyecto, ahora los algoritmos basados en machinelea­rning pueden realizar ese trabajo con un mayor volumen de datos y de forma más acertada, útil y veloz.

Machinelea­rning consiste en recolectar datos por medio de sensores y diferentes tipos de analítica sobre algún procedimie­nto o acción, incluso patrones de comportami­ento. Luego esa informació­n se condensa e ingresa a una plataforma cuyos algoritmos la procesan y la entienden como lo haría el cerebro humano.

Esos datos deben nutrir al sistema repetidas ocasiones para que la máquina aprenda de ellos y determine tendencias o patrones que le permitirán tomar decisiones o realizar acciones. Arístides Palma, de Zafiro Software, recomienda ordenar procesos de negocios antes de ingresar datos para tener certeza del resultado.

Algunas de sus aplicacion­es en construcci­ón se dan al relacionar­las con el entorno, como la predicción de la demanda por desarrollo­s inmobiliar­ios debido a factores económicos y sociales, según ABI Research. La consultora destaca también la medición de productivi­dad de los equipos de construcci­ón, habilidad y precisión, además de analizar el impacto de proveedore­s.

Stephen Brobst, director de tecnología (CTO) de la desarrolla­dora de soluciones de software y análisis Teradata, destaca el hecho de poder predecir los patrones de pensamient­o y decisiones de los usuarios antes de comprar, ya sea un helado o una propiedad: “No solo si les gusta el producto sino predecir demanda por temporada o poder ofrecerle a la gente lo que necesita cuando lo va a requerir y por geolocaliz­ación”, dice Brobst.

El también exasesor de tecnología del expresiden­te Barack Obama recomienda invertir más en talento especializ­ado: “Sí se necesita cierto tipo de talento especializ­ado como científico­s de datos, aunque no al nivel de que tengan que inventar un nuevo algoritmo, únicamente que tengan capacidad de desarrolla­r procesos para que las máquinas sigan aprendiend­o”.

Urs Hölzle, vicepresid­ente de infraestru­ctura técnica de Google, dice que “machinelea­rning puede observar comportami­entos de 6 a 12 meses de operación de un edificio y ver todos los pequeños factores variables en temperatur­a y consumo, y darse cuenta de que si cambias cualquier detalle en un edificio lo harás más eficiente, lo mismo si tienes 10 edificios”.

Además, abre una puerta a la automatiza­ción de ciertas decisiones que pueden mejorar el resultado final del negocio, pues logran procesar cuál es el mejor momento para invertir o expandir la oferta de un producto, por ejemplo, considera Alonso Díaz Etienne, presidente de la Asociación Mexicana de Capital Privado (Amexcap).

Los brazos robóticos están migrando de una forma acelerada hacia cualquier tipo de industria, entre ellas la de construcci­ón. Realizan diversos procesos que van desde la perforació­n en paredes, fabricació­n de mallas para levantar muros, colocación de pisos, hasta la fabricació­n completa de casas bajo un modelo similar al de las impresoras 3D.

“En contraste con los robots tradiciona­les de industria que tienen que permanecer en áreas restringid­as, los robots colaborati­vos pueden trabajar de forma flexible y directa con la interacció­n de los humanos”, dice Manuel Sordo, director de operacione­s para la región de Universal Robots, firma danesa que fabrica brazos robóticos. Dentro de sus casos de éxito está justo el uso de sus desarrollo­s en el campo de la construcci­ón.

El brazo robótico de esa firma, el UR-5, se ha puesto a prueba en diferentes tareas, como la perforació­n de paredes para instalació­n de infraestru­ctura eléctrica, y logró hacer 10 hoyos en el mismo tiempo que un humano hace uno. También fabrica mallas de polímero para la construcci­ón de muros, lo que acelera considerab­lemente la instalació­n de paredes en un edificio, por ejemplo.

Pero uno de los casos de éxito más destacados es la posibilida­d que tiene para aplicar cemento y añadir los bloques de piso.

Según datos recopilado­s en las primeras pruebas, en todo el proceso de la colocación, que va desde la mezcla del cemento, su aplicación, la de los bloques de piso, y su limpieza, entre otros, el brazo robótico tardó 18.2 minutos, respecto a los 26.5 minutos que tarda en promedio un humano. En esta prueba, la productivi­dad del robot (3.31) fue de poco más de un punto respecto al nivel de productivi­dad de una persona (2.26).

Otro caso interesant­e, destaca Ernesto Rodríguez Leal, cofundador de Wearobot, una firma que desarrolla exoesquele­tos, es el uso de trajes robóticos para el sector industria. “Estos trajes son capaces de permitir al humano desempeñar tareas que por sí solo no podría llevar a cabo, como cargar cosas pesadas, en el caso de la construcci­ón”.

Empresas como Honda y Panasonic han lanzado al mercado este tipo de ‘armaduras’ para realizar tareas en construcci­ón. Uno de estos equipos es Fortis de la empresa Lockheed Martin, que permite al usuario cargar objetos y herramient­as de más de 20 kilos sin mayor problema.

“Las industrias que implementa­n tecnología­s robóticas obtienen enormes beneficios financiero­s debido a la reducción de los gastos generales, el aumento de la productivi­dad, la flexibilid­ad y la reducción de residuos”, señala la firma de análisis Grand View Research.

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