Habitar la música
La nueva casa del Centro Nacional de Música de Canadá evoca la sinuosidad y la acústica de un piano de cola.
Inspirado en el interior metálico de un piano de cola, el Studio Bell, que cobija al Centro Nacional de Música de Canadá, se distingue y se integra a la arquitectura de Calgary de un modo singular. Monumental, su cubierta es un doble reflejo: la emulación metálica de un instrumento y la de la arquitectura tradicional con paneles metálicos y mosaicos de terracota.
El diseño de esta obra, que se prevé impulse el desarrollo del distrito, fue del despacho neyorquino Allied Works Architecture (AWA). Cantos Music Foundation fue la institución que tuvo la iniciativa de construir una nueva institución cultural dedicada al patrimonio musical canadiense, que fue inaugurada en octubre de 2016.
La convocatoria para el diseño fue lanzada en 2009. La ronda finalista incluyó a Atelier Jean Nouvel (París), Diller Scofidio y Renfro (Nueva York), Saucier + Perotte (Montreal) y a Studio Pali Fekete (Los Ángeles). El comité de selección nombró como ganador a AWA. El despacho inició trabajos en febrero de 2013.
El recinto se halla en East Village, distrito de Calgary, en Alberta, Canadá. Se levanta a manera de un gran arco que cruza la 4st. SE. Lo distingue una cubierta metálica opaca con un patrón de diseño que por momentos emula las construcciones de tabique aledañas.
A un costado de una de sus ‘columnas’, el Studio bell arropa la reconstrucción de un antigüo hotel, el King Eddy, que data de 1905 y que albergó a uno de los clubes de música más antiguos de Calgary. Así, la nueva construcción se integra a la tradición tanto musical como arquitectónica del lugar. El legendario hotel se transformó en una residencia artística.
El centro cultural es a la vez salón de espectáculos, instalación de grabación, estudio de difusión, sala para conciertos en vivo y museo. En términos de diseño el mayor reto radicó en lograr “esas funciones distintivas en un programa cohesivo, para otorgarles su propio espacio, y mantener una transición abierta y fluida entre ellos”, explica el arquitecto Brad Cloepfil, fundador de AWA.
La inversión fue de 151 millones de dólares (mdd), más de 100 mdd fueron recaudados por medio de una campaña de financiamiento, informó el Centro Nacional de Música en un comunicado en julio de 2016.
Piano, piano
Cloepfil es reconocido por su participación en proyectos culturales y por generar espacios poderosos para el arte y la interacción. Inspirado por la luz, el paisaje y la geografía de la pradera del norte de Canadá, Cloepfil precisa que Studio Bell fue creado para amplificar la vasta historia y las posibilidades futuras de su música.
SUS PAREDES, VESTIDAS DE TERRACOTA, CRECEN EN SUTILES CURVAS, Y SE ENTRETEJEN MODELANDO ACÚSTICA E ILUMINACIÓN.
Se ideó para crear una sensación de asombro y misterio que invitara al visitante a explorarlo.
Su concepto arquitectónico estuvo inspirado en las curvas de los instrumentos de cobre que fueron incorporados en uno de los modelos conceptuales originales.
Otro de sus aspectos más interesantes es que se convirtió en un verdadero ‘recipiente’ para la música: sus espacios realmente la contienen. Para lograrlo, se cuidaron al máximo los detalles interiores. Los pisos y muros son de azulejos de piedra caliza, de Stonetile, así como alfombras y pisos de roble blanco Kaswell.
Las paredes de sus nueve torres, vestidas de terracota, crecen en sutiles curvas que se entretejen modelando la acústica y, al mismo tiempo, la iluminación.
Los espacios entre galerías están dominados por luz y silencio, mientras que las galerías son una frontera del sonido que introduce a cada una de las temáticas que albergan. Otro detalle relevante es la lámpara del salón principal, con forma de ola. Fue fabricada por Heavy Industries y debió garantizar acústica y estética 3D.
“Para el Centro Nacional de Música, las nueve torres de Studio Bell son modeladas por la gravedad y la acústica, juntos crean un instrumento silencioso y poderoso que emana música y luz”, afirma Brad Cloepfil, director de AWA.
Las torres se elevan en cinco pisos. Su forma y luminosidad complementan la estructura de acero hormigón, y crean efectos visuales a medida que el espectador o el visitante se mueve a lo largo de las curvaturas de las torres.
El color y la opacidad de sus azulejos se inspiraron en los recursos naturales de la región, sobre todo en los minerales que se encuentran en la tierra. Hacia el exterior, ofrece una panorámica del río Bow.
“El diseño fue un proceso realmente colaborativo y ha sido emocionante ver cómo nuestra visión cobra vida”, señala el
presidente y CEO del Centro Nacional de Música de Canadá, Andrew Mosker. Agrega que Studio Bell se perfila para convertirse en una de las instituciones nacionales más importantes, un núcleo urbano que inspirará a las nuevas generaciones.
Recorrido musical
Al entrar en Studio Bell, los visitantes son recibidos en un vestíbulo central, el Canada Music Square, que se abre hacia arriba a través de los cinco niveles del edificio. Esta es un área para música en vivo, con exposiciones interactivas digitales que ofrecen una visión general de las atracciones y programas del centro.
Dos escaleras helicoidales flanquean esta área y llenan el espacio intersticial entre las torres. La sala de espectáculos principal destaca desde el segundo piso y sirve como centro programático y estructural del edificio.
Con asientos flexibles y una pared acústica móvil, el espacio para conciertos — de 371 MW y 300 plazas—, se puede cerrar para actuaciones más íntimas, o se puede
abrir completamente para llenar todo el edificio de melodías.
Las galerías de exposición, también llamadas escenarios, muestran lo más destacado de la colección del Centro Nacional de Música, esta incluye más de 2,000 instrumentos musicales, artefactos y piezas de artistas que abarcan más de 450 años de tecnología e innovación. Entre ellos, The Original New Timbral Orchestra, uno de los más grandes sintetizadores polifónicos analógicos multitímbricos del mundo, y que fue utilizado para grabar discos de Stevie Wonder y The Isley Brothers en los sesenta. Las galerías son sitios para apreciar la historia musical y animar a los visitantes a participar en una animada charla sobre la evolución de este arte.
El icónico Rolling Stones — que se utilizó para grabar discos de Led Zeppelin, Deep Purple, y obviamente de los Stones—, es un estudio de grabación móvil situado en el edificio West Block y forma parte del programa de residencias artísticas del Centro Nacional de Música.
El segundo piso de Studio Bell es un mosaico de la historia de la música, la radiodifusión y la identidad canadienses; celebra la diversidad de esa nación. La tercera planta explora el aspecto fisiológico y emocional de la música por medio de elementos interactivos y piezas clave de la colección del centro.
El cuarto nivel ofrece la oportunidad de escuchar y tocar diferentes instrumentos a través de una gama de pantallas interactivas en las que, tanto profesionales como novatos, pueden crear. El salón ‘La Nube’ está en el quinto piso; es un área abierta que invita a la reflexión y ofrece vistas impresionantes del espacio interior. De igual forma, alberga tres salones de la fama: de la música canadiense, del género country y de los cantautores del país de la ‘hoja de maple’.
“En sus muchos y diversos espacios, Studio Bell hace eco de la variedad de actuaciones musicales, uniendo audiencia e intérprete, estudiante y maestro. El edificio crea instancias de inmersión cuando el visitante es transportado de la vida cotidiana a momentos de transición entre espacios, lo que ofrece un instante para la contemplación tranquila”, expresa el arquitecto Brad Cloepfil.
En otras palabras, Studio Bell es un genuino instrumento arquitectónico que conjuga espacios y armonías, un sitio donde la música se escucha y se experimenta: el paraíso de los melómanos.
EL CENTRO NACIONAL DE MÚSICA SE IDEÓ PARA CREAR UNA SENSACIÓN DE ASOMBRO Y MISTERIO QUE INVITE A TODO VISITANTE A EXPLORARLO.