AGUA, PARA MENOS
EN 2050 CERCA DE 3,000 MILLONES DE PERSONAS EN EL MUNDO PA DECER ÁN LA FA LTA DE ES TE LÍQUIDO.
CComo una escena de película futurista, la imagen de un mundo sin agua nos asuela con frecuencia, sobre todo ante noticias de sequías cada vez más recurrentes. La visión catastrófica de este recurso natural halla sustento en las condiciones del presente. A principios de 2018 se conoció a nivel global la aguda crisis de agua que vive Ciudad del Cabo (Sudáfrica) a causa de la peor sequía en la región. Sus habitantes solían usar entre 250 y 350 litros de agua al día; las autoridades se vieron obligadas a restringir el consumo a 87 litros el 1 de enero.
Pero la población no atendió el llamado y entonces el 1 de febrero el gobierno lo limitó a 50 litros, impulsando severas restricciones, y aconsejando: “no hierva la comida, hornee o cocine a la parrilla. Use platos y vasos de papel y envuelva sus bandejas de servir en un plástico que pueda desprender después de cada comida. Dúchese sobre
una bañera de plástico y luego use el agua para lavar ropa; mantenga un recipente en cada fregadero para recoger el agua del lavado de manos y úsela para lavar inodoros”.
Colin Herron, director del Programa de Agua Dulce en México y el Norte de Centroamérica de The Nature Conservancy, comenta: “En la Ciudad de México hay un déficit muy importante en el nivel de los acuíferos, cada año extraemos millones de metros cúbicos de más, en comparación con lo que se recarga”.
Por eso, el tiempo de vida de los acuíferos se estima en 50 años, y por esa misma razón se han perdido más de 9,000 hectáreas de suelo de conservación, se expuso durante el Foro Agua Capital, que reúne a la Alianza Latinoamericana de Fondos de Agua, el BID, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial y The Nature Conservancy.
De continuar esa tendencia, “las ciudades tendrán que obtener agua a mayores distancias, extraerla de mayores profundidades, o depender de tecnologías avanzadas para desalinización o reúso” hacia 2100, según el World Water Assessment Programme 2015.
Entre sequía e inundación
El cambio climático es irreversible en el corto plazo y sus impactos son y serán cada vez más tangibles. Además de la poca disponibilidad de agua potable, la vulnerabilidad en la seguridad alimentaria, la pérdida de biodiversidad y afectaciones a la salud humana, fenómenos naturales que acontecían cada 100 años ( huracanes, inundaciones, sequías), ahora se presentan cada cinco o diez. El futuro no se vislumbra alentador.
Un informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) indica que el agua es el principal medio a través del cual se manifiestan los impactos climáticos, ya sea en términos de eventos como sequías o inundaciones, o como el aumento del nivel del mar, afectaciones de calidad de agua, la acidificación del océano o el retroceso de los glaciares.
Aunque los compromisos derivados del Acuerdo de París se lleven a cabo, las emisiones de CO2 y los gases de efecto invernadero permanecerán en la atmósfera por largo tiempo. Por eso, el énfasis actual no está tan sólo en las acciones para mitigar sino en la adaptación.
“Hablamos de reconocer el cambio que estamos enfrentando para encontrar soluciones y movernos lo suficientemente rápido, para que nuestra vida siga siendo viable en el planeta”, comenta a Obras la
maestra Ninel Beltrán, coordinadora de Adaptación al Cambio Climático de la World Wild Foundation Capítulo México.
Y se refiere al caso de islas que van a desaparecer o ya están desapareciendo, lo que está implicando establecer mecanismos para dar refugio a sus habitantes en otros sitios; o bien, definir cómo vamos a estar preparados para días de temperaturas muy altas en la Ciudad de México: cómo vamos a atender a la población que puede sufrir efectos de deshidratación o cómo vamos a atender a la población de la tercera edad que puede ser mucho más vulnerable a esos golpes de calor.
España, por ejemplo, al ser un país que tiene 3,000 km de costa resulta muy vulnerable al cambio climático, observa Ana Barreira, directora del Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA).
En contraste, se estima que existirán zonas que padecerán inundaciones; en consecuencia, los ciclos climatológicos se verán afectados. Este año ha sufrido una sequía terrible la península ibérica, lo que está afectando también la disponibilidad de agua dulce para el consumo humano y para la producción agrícola, debido a que todo está vinculado.
Hay zonas donde, de continuar la sequía, ya no va a ser posible la producción vitivinícola, y otras, donde era muy difícil tenerla, ahora podrán llevarla a cabo sin dificultades. Una alternativa contemporánea que busca dar soluciones a los temas hídricos apremiantes son los Fondos de Agua, mecanismos para impulsar soluciones naturales a gran escala, ya que inciden en gobernanza, planeación, financiamiento e implementación conjunta de acciones con medición de impactos.
Se enfocan en problemas locales, y procuran involucrar a los diferentes actores –gobierno, empresas, sociedad civil, academia–, lo que eficientiza los recursos.
Pronóstico hídrico
Para Colin Herron, en el mejor escenario del futuro, a nivel mundial se mantendrá el incremento de la temperatura en niveles no superiores a 1.5 y 2 º C.
“Aun así, las consecuencias en materia de agua son bastante desfavorables... el incremento de la temperatura va a tener un impacto importante en la precipitación; llueve más en ciertos lugares y eso va a afectar en general la tendencia de que los efectos hidrometeorológicos sean más intensos y más frecuentes”.
Mientras que “el peor escenario posible es que lleguemos a una situación de escasez total de agua y las ciudades, sobre todo las grandes como México, tengan que cambiar radicalmente”.