LA NUBE ES EL FUTURO
EN UNOS AÑOS, LA INFRAESTRUCTURA QUE SOSTIENE AL INTERNET PODRÍA CAER EN LA OBSOLESCENCIA.
El estándar de gigabytes actual es demasiado fácil de sobrepasar y está creando una acumulacion de datos que requiere de una solución. “La situación en la que nos encontramos se debe a una visión cortoplacista”, denuncia Peter Cochrane, ingeniero electrónico, futurólogo y consultor.
Lo que sí irá en aumento será la nube, que según Cochrane ofrece más seguridad que el internet ya que permite repartir la información en varios lugares, dificultando la tarea de los piratas informáticos. “No es inteligente depender de una sola nube. Si se esparce y es interceptada, el delincuente sólo se apoderará de una parte, no la cadena completa”, afirma.
Los macrodatos, empleados de forma generalizada en las ciudades para gestionar funciones como el tráfico, el alum- brado o recogida de basuras, también son responsables de la generación de una cantidad de información tan vasta que será imposible de procesar sin la ayuda de la inteligencia artificial. “Existirán grados de inteligencia cuyo manejo dependerá de un proveedor o un sistema. De momento, estamos lejos de una inteligencia polivalente, ahora es relativamente especializada y se emplea en campos concretos”, dice Antoine Picon, profesor de Historia de Arquitectura y director de investigación de la Escuela de Diseño de Harvard.
La solución para atajar la sobresaturación de datos pasa por establecer un sistema híbrido compuesto por fibra óptica y terminales inalámbricas cuyo alcance se base en la cercanía. “En unos años, el IOT, los dispositivos domésticos y la tecnología vestible empleada para obtener datos tipo médicos no estarán permanentemente conectados pero se comunicarán por proximidad, a través de una red local”, aventura Cochrane.
Los datos que se gestionan como parte del día a día de las ciudades se encuentran en línea y a merced de los piratas, que pueden perturbar el funcionamiento de la infraestructura urbana y traer el caos. “El peligro aumentará, pues la tendencia es integrar varios aspectos de gestión de las ciudades; cuanto más se agrupe en un solo sistema más dramático sería el resultado de un ciberataque”, alerta Antoine Picon, director de investigación de la Escuela de Graduados de Diseño de Harvard.
Para prevenir estos crímenes, Carlo Ratti, director del Senseable City Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts, propone el uso de piratas informáticos, lo cual traería una poderosa ventaja al diseñar una red de seguridad más estrecha y en el diagnóstico de los sistemas existentes’.
Una infiltración que el experto califica como “ética” permitiría desarrollar redes más resistentes, identificando sus defectos. “Podría convertirse en una práctica rutinaria para empresas y gobiernos, que llevarían a cabo simulacros como sucede ahora con los incendios o los sismos”, afirma.
Ratti agrega que existen dos aspectos que aún no tienen solución: La obsolescencia del software, que también afectará a las ciudades, ya que su funcionamiento está planeado a largo plazo; y la gestión de estos datos, cuyos proveedores son a menudo empresas privadas que pueden convertirse, a su vez, en las encargados de su gestión, ya que muchas ciudades quieren externalizar esta diligencia.
En la actualidad, la defensa de la red es realizada con computadoras y códigos autónomos constantemente vigilados por supervisores digitales, similares a los protocolos militares que se agrupan para reaccionar a un ciberataque. “Este ecosistema digital refuerza los chequeos y los equilibrios, redu- ciendo la posibilidad de fallos y mitigando los efectos de una incursión”, explica Ratti.
Peter Cochrane, ingeniero electrónico, futurólogo y consultor, aventura que, en el espacio de una década, existirá para las computadoras y centrales de datos un sistema similar al de las vacunas: un antivirus autoinmune capaz de poner en cuarentena a dispositivos infectados y sanarlos. “El poder de los ciberterroristas es que colaboran entre ellos, mientras que las empresas o gobiernos víctimas de los ataques se mantienen en silencio por miedo de que dañe su reputación. Este pensamiento debe revertirse y generar el intercambio de información para poder crear antídotos”, aconseja.