LAS MÁQUINAS SE ENOJAN
LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL AVANZA EN EMULAR ASPECTOS HUMANOS Y PODRÍA TORNARSE INDISTINGUIBLE.
En 2019 la inteligencia artificial estará capacitada para responder a emociones humanas. De acuerdo con un plan elaborado por Singularity University, de Silicon Valley, a partir de 2019 artefactos involucrados en conversaciones con humanos, como Alexa, asistente virtual de Amazon, responderán ante el tono y el volumen de voz. Esto les permitirá identificar la emoción y responder de acuerdo con ella.
“Gritarle con enojo a Alexa será socialmente aceptable. Ella responderá con algo como ‘por favor, no me grites, podrías lastimar mis sentimientos’”, según el documento “Cuenta regresiva hacia la singularidad 2013-2038”.
José Luis Cordeiro, cofundador de Singularity University y miembro del Instituto para la Nanotecnología Responsable, es un promotor de estas ideas e incluso afirma que los robots tendrán progresivamente más características humanas, mientas que los humanos tendrán progresivamente más elementos de la inteligencia artificial (IA).
“La tecnología es lo que nos distingue de los animales, por ello creo que mientras más tecnología utilizamos más humanos somos. Lo que sucederá en un futuro es que los humanos vamos estar más robotizados y los robots cada vez más humanizados”, explicó en entrevista.
Sin embargo, para otros el panorama es menos nítido.
Uno de ellos es el director del Instituto de Investigación Sogeti, Menno Van Doorn, quien asegura que es difícil predecir cómo los avances tecnológicos cambiarán nuestras vidas, ya que “aún no sabemos con qué tipo de tecnología estaremos lidiando”.
Entrevistado por Obras, asegura que la inteligencia artificial como tal, no existe. Ésta es sólo un “conjunto de respuestas de la máquina que te hacen pensar que ésta tiene conciencia, pero no, se trata de un juego de percepciones”, y lanza la pregunta: “¿estamos siendo engañados?”
La creación de nuevos materiales y el redescubrimiento de otros marcará la forma en la que se concebirán y construirán las ciudades del futuro.
Los materiales con los que construiremos se caracterizarán por ser más fuertes, ligeros, inteligentes, biodegradables, regenerativos y resilientes, mientras nuevos compuestos se producen en laboratorios.
“Avanzaremos hacia un entorno construido menos intrusivo en el que los materiales con los que edificamos se complementen con el funcionamiento de la naturaleza en lugar de combatirla”, explica Lewis Blackwell, director de Estrategia y Desarrollo de The Built Environment Trust.
Una tendencia será el uso de componentes vivos en los edificios: fachadas fotosensibles y traslúcidas generadoras de energía, materiales secuestradores de CO2 y limpiadores de contaminantes ambientales. Además, el uso de materiales proteicos será una realidad.
“El ‘dorado’ de la edificación sustentable serán las construcciones regenerativas con una huella ecológica cuantificable para el ciclo entero de la vida del proyecto”, señala Ulises Treviño, director general de Bioconstrucción y Energía Alternativa.
Blackwell estima que se redescubrirá el valor de la madera y la piedra y veremos edificios de gran altura edificados con madera laminada CLT, o estructuras postensadas livianas de piedra en combinación con nuevas formas de ingeniería.
Los giros de las empresas también cambiarán; por ejemplo, Treviño prevé que las cementeras se enfocarán en la creación de elementos compuestos para la construcción con alto procesamiento físico y químico.
Estos son algunos de los materiales que serán empleados en las construcciones del futuro: