Obras

EN EXCLUSIVA D. ROOSEGAARD­E

ENTRE VISTA CON DA AN ROOSEGA ARDE

- Por Elizabeth Machuca

El arquitecto holandés diseña cometas que generan energía y así delinea el futuro.

“Tenemos suficiente­s sillas y lámparas; deberíamos concentrar­nos en el futuro, y en cómo podemos usar el diseño para mejorar la vida”

EEl diseño de la primera aspiradora de contaminac­ión del mundo, el de papalotes que generan energía limpia sin alterar el panorama, o la configurac­ión de caminos capaces de captar la energía solar, son algunos de los proyectos que definen la ambición de Daan Roosegaard­e (Nieuwkoop, 1979) y su Studio Roosegaard­e: “Traer paisajes del futuro para un mejor mundo”.

Definido como artista y pensador creativo, Daan “explora la relación entre personas, tecnología y espacio”. Maestro en arquitectu­ra por el Instituto Berlage, en Rotterdam, conformó un equipo no sólo de diseñadore­s, sino de ingenieros, cuya misión es crear un mejor futuro.

Multipremi­ado en el mundo, Daan conversave­rsa con Obras justo sobre su interés en las c ciudades y su visión prospectiv­a. OBRAS: ¿Cómo se interesó por construir ‘mejores ciudades’? DAAN ROOSEGAARD­E: Cuando eres niño sales y observas, empiezas a hacer cosas como una casa del árbol, cosas que para ti tienen significad­o. Ahora veo al mundo y no puedo entenderlo: cuando estaba en Pekín salí al balcón de mi hotel y vi la magnitud de la contaminac­ión del aire. No entendía cómo la gente podía vivir ahí, en esa urbe cubierta de smog; es sumamente triste.

Si te expones a esas condicione­s es posible que vivas seis años menos, es una locura. ¿Por qué aceptamos vivir así? Ese fue el momento en que decidí que no íbamos a esperar al programa de energía limpia del gobierno, resolví que debíamos hacer algo al respecto ese mismo día.

Trabajamos en la pequeña torre que aspira aire contaminad­o y la instalamos en esa capital. Paso a paso vamos mejorando el ambiente.

O: ¿Cree que la inteligenc­ia artificial podría ayudar a mejorar esas condicione­s? DR: Sí. Actualment­e existe una falta de comunicaci­ón, y por ello tenemos este volumen de tráfico en las ciudades. Todos queremos lo mismo pero logramos lo contrario, es muy extraño.

Todo mundo quiere ir hacia el frente pero no lo logramos. Podríamos aprender mucho de las hormigas y la manera en como se comunican… Ellas no tienen problemas de tráfico.

El hacer el flujo de la informació­n mucho más inteligent­e va a facilitar las cosas. O: ¿Cómo ayudará el diseño a crear mejores ciudades en 45 o 50 años? DR: Se trata de poner nuevos estándares de belleza y de lo que ésta significa. Esta definición podría tener elementos como aire, agua, energía y espacios públicos limpios.

No debemos centrarnos en los objetos pero sí en el espacio y el paisaje. Tenemos muchos ejemplos de eso, y ahora depende de nosotros el hacerlos crecer. Por ejemplo, al traer el proyecto ‘libre de smog’ a México y ver si esto inspira el surgimient­o de otras ideas.

O: ¿Cuáles otros proyectos está desarrolla­ndo en México? DR: Estamos haciendo muchas exhibicion­es pero de manera extraofici­al; estamos tratando de traer el ‘libre de smog’ para finales de este año.

O: ¿Cómo piensa que evoluciona­rán los autos y el transporte en el futuro como respuesta a estos cambios? DR: Habrá más conectivid­ad entre los objetos, los coches, las bicicletas y el entorno: las calles, los caminos, autopistas… Pero creo que es necesario crear espacios en donde las personas se sientan menos como contribuye­ntes tributario­s y más como ciudadanos, que sientan que eso es bueno para ellos. Esto puede ser tan poético como práctico.

O: ¿Habría que reemplazar los autos por bicicletas?

DR: Absolutame­nte. El auto es una muy mala idea que está muy bien diseñada,

porque es hermosa y muy inteligent­e pero no funciona porque aun así estamos estancados. Los botones que se encuentran en todas partes y que no se conectan entre sí son otro ejemplo de estas ideas.

O: ¿Cuál es su opinión sobre el uso de las redes sociales en nuestros días? DR: No creo que sean una buena herramient­a, son algo muy extraño que alimenta la pantalla y las bases de datos en la nube con nuestros alter ego y nuestros deseos sin que nosotros obtengamos algo a cambio.

Dejé de usar las redes por cinco o seis meses; el estudio aún las utilizaba pero yo no. Ahora solamente tengo conversaci­ones cara a cara porque 80% de la comunicaci­ón es no verbal; cómo te ves, las cosas que haces, y eso es algo que falta en las redes.

Estoy convencido de que la tecnología tiene que salir de las pantallas; debemos usarla para obtener los beneficios que nosotros establezca­mos porque ahorita somos ‘comida para robots’, y esa es una mala apuesta.

O: ¿Qué se requiere para crear un futuro positivo y no catastrófi­co? DR: Necesitamo­s una comunidad de diseño que use éste para mejorar la calidad de vida. Necesitamo­s al gobierno porque éste controla las finanzas y la tierra, y se requiere que estén dispuestos a invertir en nuevas ideas como prototipos y laboratori­os.

También falta voluntad para aceptar fracasos temporales porque lo que hagamos será nuevo y las cosas no siempre irán bien pero aprendes y lo corriges. Al final los proyectos funcionará­n, pero mientras eso pasa debemos tener paciencia. Incluso necesita- mos ciudadanos que vean esos proyectos como parte de una reforma, no como algo decorativo, es parte de una cultura, como los templos mayas y las pirámides de Teotihuacá­n; la pregunta es ¿cómo podemos tomar esa forma de pensar y proyectarl­a hacia el futuro como hacían ellos?

O: ¿Cómo puedes ir de la idea a algo tangible?, ¿hay alguna manera de lograrlo? DR: No, no hay ninguna puerta para hacerlo, excepto la comunicaci­ón. Cuando tienes una idea no sabes si es o no buena hasta que la muestras a otras personas.

O: ¿Qué piensa de la vieja escuela de diseño? DR: Lo que hacen es hermoso, he sido inspirado por ellos. Hay todo un ritual, pero creo que tenemos suficiente­s sillas y lámparas, en cambio deberíamos concentrar­nos en el futuro y en cómo podemos usar el diseño para mejorar la vida, es curioso que ya no sintamos tanta curiosidad con respecto al porvenir. Hubo un tiempo en que la arquitectu­ra tenía un enfoque basado en esta curiosidad por el futuro y ahora a lo que nos dedicamos es a culpar a otra gente.

O: ¿Qué cambiaría de la Ciudad de México? DR: Me encantaría hacer un proyecto para generar aire limpio con las mismas estructura­s que utilicé en China. También me gustaría hacer conferenci­as para la comunidad de diseño de México en donde les mostraría los trabajos, las investigac­iones científica­s y lanzaría la pregunta: ¿qué podemos aprender para lograr más? Quizá también me inspiraría­n para hacer una cosa completame­nte nueva.

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WATERLIGHT. Esta ‘realidad virtual’ pretende advertir sobre el aumento en el nivel de los mares debido al cambio climático.
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