Los pilares del NAIM
Es la primera vez que estas estructuras, hechas de metal y con la mayor precisión, brindarán soporte a una obra de infraestructura de tal magnitud.
Estas estructuras no habían sido usadas en una obra de tal magnitud, hasta ahora.
Los soportes de la cubierta de cristal y acero que caracterizará al Nuevo Aeropuerto Internacional de México son 21 foniles que por su diseño, fabricación y ensamble hacen de ésta una obra de infraestructura única en el mundo.
Norman Foster se inspiró en la palabra funnel en inglés (embudo) para acuñar el término ‘fonil’ y es la primera vez que se ocupan en un proyecto de gran escala.
Representantes del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México indicaron que estas estructuras tienen cuatro funciones: la primera es ser carga o soporte de la cubierta exterior del edificio terminal, la segunda es la ventilación. “Al permitir el flujo de aire entre los foniles se logra la ventila- ción natural del edificio. Con ello se busca que se tenga una temperatura confortable reduciendo el uso de aire acondicionado”, comentó Leopoldo Díaz, residente de obra del edificio terminal.
Su tercera función es hidráulica: la parte superior de los foniles tiene canales de agua, a través de los cuales se captará la lluvia para llevarla a un estanque a nivel de cimentación. Con ello, el agua podrá ser utilizada en el aeropuerto o, de ser necesario, ser inyectada al subsuelo.
El presidente del Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM), Fernando Gutiérrez, explicó que el uso de los foniles es la manera más eficiente de lograr que toda el agua de lluvia se capte y ocupe.
La parte superior de las estructuras estará cubierta de cristal, lo que permitirá la iluminación natural en gran parte del edificio terminal; ésta será su cuarta función, y le permitirá un ahorro energético del 50%, un aspecto clave para obtener la certificación LEED Platino.
Los foniles son estructuras de acero soldado hechos de secciones circulares huecas y tendrán claros máximos de hasta 140 metros en el área central del edificio.
Su construcción y colocación está a cargo de Operadora Cicsa, del magnate Carlos Slim. Ésta adquirió unas máquinas de rayo láser especiales que permiten un corte exacto del modelo planeado desde los sistemas de cómputo; de hecho, la persona más hábil no podría cortar los tubos a la precisión.
El edificio terminal está a cargo del consorcio formado por Acciona Infraestructuras, Operadora Cicsa, ICA, Constructora y Edificadora GIA+A, Prodemex, de Olegario Vázquez Raña, La Peninsular Compañía Constructora (filial del Grupo Hermes) y FCC Industrial, que prevé una oferta de 84 mil 828 millones 377 mil pesos.