Un plan urbano integral
Además de la remodelación del Polyforum y la restauración de los murales, este proyecto incluye la construcción de una nueva torre de usos mixtos.
Por segunda ocasión, el Polyforum Cultural Siqueiros, recinto que reúne 8,500 m2 de la obra del muralista David Alfaro Siqueiros, recurrirá a la construcción de un edificio alterno que lo sostenga económicamente. El primer intento fue en 1966, con el Hotel de México, pero hoy está fraccionado en manos de diferentes propietarios y dejó al Polyforum como espacio independiente, sin presupuesto suficiente para su mantenimiento.
El actual dueño del Polyforum, Alfredo Gerardo Suárez Ruiz, presidente del recinto e hijo del mecenas Manuel Suárez (creador del espacio), ha dicho en el sitio rescatemosalpolyforum.com que las obras de restauración y conservación se han vuelto incosteables. De ahí que surja el actual proyecto bajo un plan urbano más integral.
El plan consiste en conservar el diamante siqueiriano en su sitio, que será visible desde Insurgentes y Filadelfia,
sin construcciones adicionales que tapen sus murales.
El arquitecto Esteban Suárez, director de Búnker Arquitectura y nieto de Manuel Suárez, está a cargo del diseño. Cuenta a Obras que el primer requisito fue “garantizar en todo momento la seguridad y estabilidad estructural del Polyforum, sin moverlo de su ubicación actual”.
Explica que se busca poner al Polyforum en el centro de una gran plaza pública de 6,000 m2 y se construirá una torre de usos mixtos: la Torre Polyforum Siqueiros, que albergará las nuevas oficinas, bodegas y otros espacios que necesita el recinto, liberando el interior para exposiciones y espectáculos.
El nuevo edificio se desplantará en apenas 15% del predio, precisa Esteban Suárez, de modo que “no le roba protagonismo (a la obra de Siqueiros), sino al contrario, le sirve como telón de fondo”, agrega.
“Se trata de un edificio no invasivo, no atenta contra el patrimonio; al contrario, lo exalta”, comenta Félix Villaseñor, presidente del Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México, quien estima que el proyecto tardará de 2 a 2.5 años en estar listo.
El arquitecto Suárez considera que el proyecto dotará de los recursos necesarios para la preservación, “como ocurre con varios recintos culturales en el mundo que encontraron sustento en proyectos inmobiliarios con los que conviven armónicamente”.
José Luis Cortés, presidente de la Federación de Colegios de Arquitectos de la República Mexicana, opina que para recuperar al Polyforum “se necesita de mucha inversión. Teniendo ese terreno en Insurgentes, la única manera es capitalizándolo y haciendo un edificio que ayude a financiar su mantenimiento”.
Los recursos para realizar la obra saldrán de un fideicomiso público-privado por 30 millones de pesos (mdp). Todos los recursos serán privados, pero su administración será pública y en ella participarán la Secretaría de Cultura federal a través del Instituto Nacional de Bellas Artes, la Universidad Nacional Autónoma de México y el Gobierno de la Ciudad de México.
Se prevé que parte de las rentas del nuevo edificio fondeen al fideicomiso. En principio se han destinado 30 mdp para el Polyforum. Luego se destinarán 12 mdp anuales para los gastos de mantenimiento y promoción.
“La gran importancia de mantener recintos como éste, en términos de mercado, es que artistas de esta categoría aumenten de precio y sus obras sean consideradas, en términos económicos, mucho más valiosas”, opina el valuador de arte independiente Ángel Gómez Chavira, quien recordó que en 2007 se subastó la pintura más cara de Siqueiros, Niño Tarahumara y La patrona (1939), que rebasó el medio millón de dólares.