Oficinas, el boom que no termina
Recientemente la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI) invirtió cerca de 36,000 millones de dólares (mdd) en 515 proyectos inmobiliarios en 2017 en México, tanto en vivienda media y residencial, como en centros comerciales, usos mixtos, oficinas y hospitales. Dentro de este universo, un sector de importante crecimiento es el de oficinas corporativas, no sólo en la Ciudad de México, sino en Jalisco, Estado de México, Nuevo León y Querétaro, entre otras entidades.
Según el Reporte de Oficinas de Jones Lang LaSalle (JLL), tan sólo en la Ciudad de México al cierre de 2017 se tenía un inventario de 6,671,342 m2, los edificios en construcción ascendían 1,312,003 m2 y existía un total de 949,699 m2 de edificios en estatus de proyecto. Para 2018 ya se tienen registrados 39 edificios en construcción con un total de 817, 850 m2 y una disponibilidad de 677,805 m2. Esto representa una oportunidad para arquitectos, project managers, constructores de interiores y muebleros, además de centenas de subcontratistas y proveedores de luminarias, alfombras, electricidad, aire acondicionado, etc.
La Asociación Mexicana de Interiorismo Corporativo (AMIC) agrupa 28 empresas que han intervenido en más de 200 proyectos a nivel nacional, con una facturación superior a 400 mdd tan sólo en 2017.
Estamos convencidos de que el interiorismo corporativo mostrará un crecimiento destacado en 2018, pues la tendencia es garantizar la inversión en oficinas –con un ciclo de vida de 7 a 10 años– con los más altos estándares de calidad, y con el tiempo y presupuestos requeridos.
Por ello, el papel de las empresas que hacen interiorismo corporativo se ha vuelto aún más estratégico, ya que no sólo se trata de armar una oficina, sino de adaptarse, o incluso marcar tendencia con respecto a los nuevos estilos de trabajo (más abiertos, más móviles, con mayor conectividad, sustentables, eficientes), lo que repercute directamente en la productividad, nivel de engagement y permanencia de los empleados.