Diversificar la proveeduría
Los aranceles impuestos por Estados Unidos al acero son el acicate para mirar a otros proveedores de este insumo, como Canadá y, por supuesto, al mercado nacional.
Después de la imposición de aranceles al acero, por parte de Estados Unidos, ¿qué otras opciones hay?
omo una medicina forzada contra la dependencia comercial, los aranceles globales que Estados Unidos impuso a partir de 1 de junio a sus importaciones de acero (25%) y aluminio (10%) abren oportunidades de diversificar los proveedores para las empresas de la construcción.
Cuando el gobierno de Estados Unidos limita el suministro extranjero, aumenta la oferta del resto de los mercados del mundo, en un contexto en el que ya de por sí existe una sobrecapacidad en la producción global de acero.
Como reacción, México fijó aranceles de entre 15 y 25% a productos de acero como placas, láminas, chapas, varillas, tubos y alambrón de acero, y ciertos productos laminados y alambrón con aluminio.
En forma inmediata, hubo un incremento en los precios de los aceros y aluminios importados en México desde Estados Unidos. Un botón de muestra: Plastimaq de Toluca tuvo un alza de entre 3 y 7% en el precio de los tornillos que usa en la fabricación de tableros de prueba eléctrica para arneses de la industria automotriz, vendidos a Axa Yazaki, entre otros clientes.
“Estamos buscando nuevos proveedores en Canadá, Latinoamérica y Asia que nos puedan igualar en calidad y precio. Es una oportunidad para buscar nuevas fronteras”, comentó Luis Andrés Muciño, coordinador de cuentas por pagar de Plastimaq de Toluca.
Canadá es una primera opción de proveeduría foránea, por su relativa cercanía, porque México no le aplica aranceles y porque es el mayor abastecedor de acero y aluminio de Estados Unidos, con ventas a ese mercado por 5,187 millones de dólares (mdd) y 7,043 mdd, respectivamente, según datos de 2017.
“En ciertos casos las empresas de la construcción de México podrían conseguir productos de acero y aluminio de Canadá a precios competitivos, y también hay productos más baratos en Asia, pero a muchos de ellos se les aplican cuotas compensatorias”, dice Fernando Ruiz Huarte, director general del Consejo Mexicano de Comercio Exterior (Comce).
De los productos que la industria de la construcción demanda a Estados Unidos y que han sido etiquetados con 25% de aranceles, el más cotizado es un tubo con costura (fracción 73063099). Sobre ese mismo producto, México aplica aranceles de represalia de 15% a las importaciones de Estados Unidos y también cobra una tarifa de 15% a las provenientes de naciones con las que no tiene acuerdos de libre comercio.
En 2017, las importaciones mexicanas de ese tipo de tubo sumaron 249 millones de dólares, 56.8% fueron de Estados Unidos y 17.9% de Canadá.
Alfonso Carrillo, director general del Observatorio de la Industria de la Construcción, de la CMIC, comenta que también podría darse un incremento de las importaciones mexicanas de productos chinos de acero y aluminio.
“Los chinos tienen puestos los ojos en México y, en el fondo, quieren que se complique nuestra relación con Estados Unidos para poder incrementar sus ventas en México”, dice.
Las mayores empresas acereras de Estados Unidos culpan a China, que contribuye con cerca de la mitad de la producción mundial de acero, de fomentar la permanencia de ‘empresas zombis’ (subsidia- das), como el principal factor de la actual sobreproducción de acero del mundo.
La restricción de Estados Unidos también obliga a las empresas productoras de acero y aluminio en México a buscar nuevos clientes en el mercado mexicano y en el exterior.
De manera similar, “las empresas de la construcción pueden buscar a proveedores de productos de acero y aluminio en México o en otros países”, recomienda Verónica Orendain, directora general de Industrias Pesadas y Alta Tecnología de la Secretaría de Economía.
La CMIC proyecta que estos aranceles presionarán a la alza los precios de los materiales de la construcción derivados del acero y del aluminio en el mercado mexicano, alterando los presupuestos e incrementado el costo final de las obras. Por ejemplo, la varilla acumula un alza de 32.9% en los primeros cinco meses de este año.