Solución en las alturas
La cobertura de este sistema de transporte público va en aumento pero en México aún hay un camino por recorrer.
Los sistemas de teleféricos son uno de los segmentos de más rápido crecimiento en la industria del transporte público, de acuerdo con The Gondola Project, que promueve y da seguimiento a estos sistemas.
México no es la excepción. El 5 de octubre de 2016 puso en marcha el primer teleférico destinado a mejorar la movilidad urbana. Se trata del Mexicable, que con siete estaciones opera en el municipio conurbado de Ecatepec, recorriendo en 17 minutos un tramo de 5km, con la ventaja adicional de trabajar con energía solar. El gobierno del Estado de México anunció el pasado febrero que ya estudia opciones para la construcción de una segunda línea.
Sin embargo, antes de seguir los proyectos de expansión, Bernardo Baranda, director para Latinoamérica del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP), considera que Mexicable “tiene varios aspectos a mejorar, como una mayor conectividad, cobertura, y la deficiente señalización”.
Una referencia para México es el Metrocable, que opera desde julio de 2004 en Medellín, Colombia, y que está por inaugurar su quinta línea a fines de 2018. Colombia ha utilizado desde la planeación de la primera línea lo que denominan Matriz Multicriterio, como explica para Obras Jorge Alberto Ramos, jefe del Sistema de Cables Aéreos de SITVA: “no decidimos la ruta de manera arbitraria, tomamos en cuenta varios considerandos: una demanda de transporte que es necesario satisfacer, la viabilidad técnica, favorecer a poblaciones de niveles socioeconómicos medio-bajos, y de manera especial que pueda existir conectividad con otros transportes”.
En este sentido, Baranda agrega: “Cabe subrayar, en el caso de Medellín, Colombia, que este transporte sirvió para rediseñar espacio público de muy alta calidad alrededor de las estaciones”.
El caso de Colombia es emblemático porque el valle de Aburrá está rodeado de colinas, donde se asentaron poblaciones marginales y se dio pie a la violencia. Este sistema les permitió integrarse a la ciudad al igual que mejorar su calidad de vida, por la eficiencia en los tiempos, pero porque el modelo se basa en la interconectividad, lo que exige una estrategia logística amplia. Cada estación está vinculada ya sea con el metro o los tranvías o los metrobuses y el usuario no necesita pagar dobles tarifas.
El costo del boleto equivale a siete centavos de dólar. Algo que en México todavía no se logra.
Steve Dale, presidente de The Gondola Project, plantea que la pregunta no es si las góndolas o teleféricos pueden ayudar a la movilidad, sino si los planificadores y los políticos pueden implementar la tecnología correctamente.
“No es diferente de los autobuses, el metro y el tren ligero: si el sistema está planificado y diseñado correctamente, ayudará a la movilidad. Si no está planificado y diseñado correctamente, no ayudará a la movilidad”, asegura.