Mapas sísmicos
A las construcciones no les “importa” si el temblor fue de magnitud 7 u 8, lo que las puede afectar es cuánto se acelera el suelo en su base. “Cuando tiembla, el suelo se mueve y esas aceleraciones se convierten en fuerzas de inercia sobre las estructuras”, por ello la intensidad es una medida instrumental y objetiva relacionada con los daños estructurales, explica el ingeniero Mario Ordaz Schroeder.
Por esa razón, la Coordinación de Ingeniería Sismológica del Instituto de Ingeniería de la UNAM, que dirige Ordaz, crea mapas de intensidades y daños del territorio nacional en tiempo real. Éstos también permitirían mejorar la toma de decisiones ante un sismo, dirigir la ayuda más rápido y con eficiencia e informar con prontitud a la población si se está ante una calamidad.
Existe la posibilidad de registrar la aceleración en el suelo, mediante instrumentos denominados acelerómetros, y llevar esos datos a un sitio central de recepción de manera automática, mediante infraestructura de comunicaciones. Ya con los datos, un programa genera los llamados shake maps y los difunde, detalla el ingeniero.
Para generar los mapas se utiliza información que proporcionan diferentes instituciones, entre ellas el Servicio Sismológico Nacional, que opera el Instituto de Geofísica.
Cuando se presenta un temblor se “dispara” automáticamente el proceso que toma los registros. El sistema identifica si se trata de un temblor o no, y según los valores de aceleración, determina hacer público un mapa. Se cuenta con una cobertura nacional heterogénea, muy buena en Guerrero y Oaxaca, y muy mala en el noroeste.