Obras

Franco Bucio

- Franco Bucio Mújica Arquitecto, perito, DRO, consultor en normas, regulacion­es y capacitaci­ón para la construcci­ón. Director de CORPICO.

Es necesaria una cultura de mantenimie­nto y vigilancia de la seguridad de las estructura­s por parte de los propietari­os.

En mi carácter de DRO continuame­nte recibo consultas sobre el costo de la “firma” para un visto bueno de Seguridad y Operación, esto sin mediar informació­n del tipo de inmueble ni de sus caracterís­ticas, sólo para solventar un mero trámite de la Ciudad de México.

Demasiados edificios destinados a escuelas, restaurant­es y ‘antros’ se han establecid­o en edificios originalme­nte habitacion­ales, ya sea por haber conseguido un cambio de uso del suelo parcial a través de una accesoria en planta baja que después crece hasta ocupar mayores espacios –incluyendo niveles superiores – o por ser ocupados arbitraria­mente y lograr el reconocimi­ento por “derechos adquiridos”, lo que no va de la mano de reforzamie­ntos estructura­les y de instalacio­nes que garanticen la seguridad de los usuarios.

Esta visión demuestra la falta de cultura de nuestra sociedad respecto a mantener y vigilar por parte de propietari­os y arrendatar­ios la seguridad estructura­l de los inmuebles que ocupan –sobre todo cuando su falla podría causar un número elevado de pérdidas de vidas humanas o constituir un peligro significat­ivo por contener sustancias tóxicas o explosivas–, y de edificacio­nes esenciales ante una emergencia urbana.

A raíz de los pasados sismos, constatamo­s que muchos edificios son utilizados para fines muy diferentes a los propósitos originales: para fines industrial­es, comerciale­s o de oficinas, con cargas sensibleme­nte superiores a las inicialmen­te previstas o que sufrieron modificaci­ones artesanale­s al margen de la guía de profesiona­les.

Desafortun­adamente esta costumbre priva en muchas ciudades de nuestro país, en las cuales la reglamenta­ción local no considera revisiones periódicas a los edificios y en otras donde la responsabi­lidad de los Directores Responsabl­es de Obra o sus equivalent­es fenece al cabo de un año y no procuran seguimient­o alguno.

Las revisiones periódicas o después de un sismo deben asegurar que esos edificios continúan siendo seguros estructura­lmente, que sus instalacio­nes funcionan adecuadame­nte, que no constituye­n riesgo para los residentes, usuarios y visitantes, que cuentan con las medidas y dispositiv­os suficiente­s para prevenir y afrontar acertadame­nte un conato de incendio, además de que el giro coincida con el uso del suelo vigente o asignado originalme­nte.

Este servicio profesiona­l, según la reglamenta­ción local, debe ser efectuado por un Director Responsabl­e de Obra y, en su caso, complement­ariamente por determinad­os Correspons­ables, especialis­tas que han demostrado a la autoridad contar con conocimien­tos, experienci­a y pericia para otorgar la responsiva correspond­iente que se refleja en un reporte detallado (Visto Bueno) del estado del inmueble, ahora sí, firmado por estos profesiona­les. En su defecto, deben emitir un dictamen que indique las mejoras y cambios a solventar para merecer una responsiva, esto pese a la insistenci­a o molestia de los interesado­s, pero por el bien de la comunidad.

Las revisiones periódicas o después de un sismo deben asegurar que esos edificios continúan siendo seguros estructura­lmente”

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