Gobierno que acompaña
La necesidad de poner orden al interior de las empresas las lleva a institucionalizarse y profesionalizarse.
La amistad entre Jorge Mario Arreola y sus dos socios no era suficiente para sacar adelante la desarrolladora de vivienda Promocasa. Cuando inició la empresa, en 1992, las reuniones internas del consejo eran trimestrales, pero eso no ayudaba a tomar decisiones oportunas. En noviembre de 2017, la viviendera de Baja California modificó su dinámica y aquellas juntas se volvieron mensuales. “(Mis socios y yo) somos amigos de hace muchos años y estamos en este negocio con muchas ganas, pero hay cosas que no son institucionales por la cercanía”, reconoce Arreola.
Desde entonces, la compañía ha adoptado prácticas de gobierno corporativo con apoyo de una consultora. El diagnóstico arrojaba que la firma necesitaba estructura y forma- lidad, así que implementaron un comité de auditoría, otro de estrategia y uno más de prácticas societarias.
La gobernanza en las primeras etapas de una empresa familiar generalmente se realiza a través de sistemas informales, centrado en el propietario, que toma decisiones importantes sobre el negocio. Pero, a medida que la empresa y las transiciones
crecen y hay más accionistas que pueden tener intereses diferentes, la empresa debe formalizarse para que todos los puntos de vista sean tomados en cuenta, según se advierte en el estudio elaborado por Siew Quan Ng, líder de Negocios Familiares de PWC Asia Pacífico, Elmedioperdido:reducirlabrechaestratégicaenlasempresas familiares, publicado en 2016.
Pero además de que el gobierno corporativo no es obligatorio, las empresas se muestran renuentes a hacerlo. De 2,802 firmas encuestadas a nivel mundial por la consultora PWC para conocer cuáles ya habían adoptado estas prácticas, sólo 15% dijo haberlo hecho. Estos son ejemplos de empresas mexicanas que hablan sobre las ventajas que les dio institucionalizarse, el camino seguido para lograrlo y los resultados obtenidos.