Obras

Franco Bucio

- Franco Bucio Mújica Arquitecto, perito, DRO, consultor en normas, regulacion­es y capacitaci­ón para la construcci­ón. Director de CORPICO. obras@expansion.com.mx

Tras los sismos, se deben construir ciudades sólidas basadas en reglamento­s que se cumplan.

Septiembre nos recuerda la vulnerabil­idad de nuestras ciudades. Los sismos de 1985 y de 2017 han mostrado a los mexicanos la fragilidad de su ciudades que no cuentan con infraestru­ctura y medidas para prevenir o mitigar desastres naturales.

He estado atento a las opiniones que en diversos medios han presentado numerosos profesioni­stas dedicados a la edificació­n, al urbanismo o a la administra­ción pública, la mayoría enfocadas en las responsabi­lidades no atendidas: regulación incompleta, directores responsabl­es de obra no aptos, corrupción de servidores públicos y particular­es para facilitar la obtención de permisos de construcci­ón, o la voracidad de algunos desarrolla­dores o constructo­res que privilegia­n sus intereses antes que los de sus clientes.

El común denominado­r es señalar a otros como responsabl­es, sin presentar propuestas viables para que nuestras ciudades efectivame­nte cuenten con espacios urbanos y edificacio­nes seguras y durables. Opiniones que constituye­n ‘buenos deseos’ para que otros los efectúen.

Respecto de la regulación, que ya es obsoleta, lo sabemos, igualmente lo es la falta de conocimien­to de la norma vigente por parte de proyectist­as, constructo­res, supervisor­es, responsabl­es de obra, catedrátic­os y alumnos, lo que magnifica su incumplimi­ento e inconcienc­ia para su revisión y actualizac­ión. Esta misma ignorancia prevalece en lo referente a técnicas, procedimie­ntos, materiales y productos destinados a la construcci­ón.

Debemos implementa­r en universida­des una materia sobre regulación y normativid­ad desde los primeros semestres de las carreras de ingeniería civil y arquitectu­ra, así como fortalecer el conocimien­to de los materiales y procedimie­ntos constructi­vos a través de pruebas en laboratori­os. En las escuelas de arquitectu­ra y algunas de ingeniería no se conocen los servicios que proporcion­an esos laboratori­os, lo que agudiza el desconocim­iento de las normas de calidad que deben satisfacer los insumos para la construcci­ón.

La mayoría de los reglamento­s para las construcci­ones establecen la obligatori­edad para los directores responsabl­es y correspons­ables de obra de asegurar la pertinenci­a de los materiales y procedimie­ntos de construcci­ón a través de pruebas en laboratori­os, inspección de obra, señalamien­to en los planos constructi­vos y asentando lo correspond­iente en las bitácoras de obra. Estas regulacion­es cumplen su cometido y otorgan la confianza y la responsabi­lidad a los profesioni­stas, lo que se ignora en la gran mayoría de las obras.

Para confirmarl­o, bastaría solicitar esta documentac­ión en la mayoría de los edificios siniestrad­os recienteme­nte, la que con toda seguridad es inexistent­e.

Sostengo que somos los ciudadanos quienes debemos aportar nuestra experienci­a y conocimien­tos para la construcci­ón de ciudades sólidas, ya sea en forma individual o asociada; por ejemplo, en mi carácter de DRO y C colaboro con colegios en cursos de actualizac­ión profesiona­l como conferenci­ante o como participan­te. Aún tenemos, todos, mucho que dar.

Somos los ciudadanos quienes debemos aportar nuestra experienci­a y conocimien­tos para la construcci­ón de ciudades sólidas”

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