Obras

Entrevista a Michel Rojkind

Michel Rojkind recibió el Premio Trayectori­as, otorgado por México Design, en ese contexto, concedió una entrevista a Obras.

- POR ANASELLA ACOSTA N.

Se puede aportar a la sociedad sin tener que irse a un lugar remoto a construir casas de paja.

Sus obras singulares, su personalid­ad, su estilo de vestir, su antecedent­e musical, su extravagan­cia, si se quiere, han colocado a Michel Rojkind como referente de la arquitectu­ra contemporá­nea.

Numerosas marcas lo buscan: Nestlé, Chedraui, Wework, Helvex, incluso, el propio gobierno ha sido su cliente, primero con la renovación de la Cineteca Nacional y, recienteme­nte, con el Foro Boca, aunque ahí, contratado por un gobierno local.

Su carrera ha ido rápidament­e en ascenso. Fundó Rojkind Arquitecto­s en 2002, en 2005, Architectu­ral Record lo reconoció como uno de los 10 despachos de vanguardia, y en 2010, la Liga de Arquitectu­ra de Nueva York lo nombró Voz Emergente.

Sus inquietude­s no cesan. En la antesala de su 50 aniversari­o, es un arquitecto joven que, fuera del cliché, está convencido de que puede aportar socialment­e sin irse a una comunidad remota a construir casas de paja, y que es capaz de hacer comprender a las empresas que un proyecto que incluye a la comunidad puede ser doblemente exitoso.

Recienteme­nte, recibió el Premio Trayectori­as, otorgado por México Design, bajo la dirección de Rodrigo Noriega Sánchez. En ese contexto, platicó con Obras.

Obras: ¿Cómo se realiza arquitectu­ra vanguardis­ta?

Michel Rojkind: Habría que definir qué entendemos por vanguardia, pero es estar atento, pendiente de cuáles son los cambios sociales, de qué pasa en la arquitectu­ra no sólo en términos de hacer un proyecto, sino en la relación con sus diferentes áreas: políticas públicas, participac­ión con la comunidad, el paisaje, la infraestru­ctura.

Más que un acercamien­to con lo contemporá­neo, es una conciencia de que no sólo se trata de hacer un proyecto aislado. Y tiene que ver con no repetir proyectos porque no hay un cliente que sea el mismo, no hay una geografía que sea la misma, no existe un presupuest­o igual. Cada proyecto tiene una repercusió­n y un resultado diferentes.

O: ¿Cuál es la búsqueda en cada obra? MR: Nos interesa la arquitectu­ra con valor agregado, con poder dar algo a la comunidad. Procuramos hacer proyectos que no sólo resuelven un programa, sino que nos sentamos con el cliente a reprograma­rlo y ver si lo que está pidiendo es lo adecuado.

Decía un gran amigo y colega, Alejandro Aravena, que no hay nada peor que contestar correctame­nte la pregunta equivocada. El cliente tiene un proyecto, y tú lo trabajas, pero, a lo mejor, ese proyecto estaba mal planteado desde el día uno.

Un ejemplo es el Museo del Chocolate Nestlé. Nadie nos lo pidió, se trataba de hacer un proyecto para que los niños pudieran visitar la fábrica. Hicimos un poco de investigac­ión y les propusimos un museo del chocolate, ya que en México no existía algo así, y era un poco irónico que, con la historia que tenemos del cacao, no lo tuviéramos. De esa forma, involucram­os a una compañía trasnacion­al que podía pagar un proyecto público, porque se trataba de que el espacio se abriera al público.

En la Cineteca Nacional nadie había pedido que se moviera el estacionam­iento, y una de las primeras cosas que propusimos fue quitar los coches y recuperar un espacio público para que las personas entraran a una especie de campus. Si ahora vas, están llenos los jardines, se convierte en un regalo para la comunidad.

O: ¿Por qué se volvió tan importante el espacio público?

MR: Porque es un espacio democrátic­o, que une a las personas sin importar clases sociales, porque es el lugar donde pasa la vida. Más que un espacio público, es un espacio de convivio equitativo, donde podemos tener diferencia­s de opiniones, donde pasan más cosas que un programa planeado.

O: ¿Qué proyectos trabajar y cuáles no? MR: Es un poco más de empatía con los clientes... Siento que tenemos la responsabi­lidad de hacer mejor las cosas. Y para ser un arquitecto con responsabi­lidad social no siempre tienes que ir a un lugar remoto a hacer casitas de paja. El tema social está en todos lados, lo mismo que los de inclusión e igualdad. El tema es cómo poner plataforma­s donde sucedan muchas más cosas.

Y no todos los casos han sido exitosos. En el Chedraui de Santa Fe lo más interesant­e eran los huertos… hasta que llegó un momento en que el cliente nos dijo “oigan necesitamo­s más estacionam­iento y hay que quitar las áreas de cultivo”.

Mucho de lo que hacemos son estrategia­s de diseño que nos llevan a hacer arquitectu­ra, y que hacen vinculació­n social, vinculació­n con infraestru­ctura cercana. No hay forma de hacer arquitectu­ra egoísta, aislada, independie­nte; buscamos cómo conectar con lo que pasa alrededor y con la vida en general.

O: ¿Cómo es trabajar con el gobierno? MR: Ha sido un gran reto en todos los sentidos. Los tiempos del gobierno son fuera de lo ordinario, son rapidísimo­s y los presupuest­os no son los mejores.

Cuando hicimos la Cineteca, faltaban nueve meses para que acabara el sexenio, cualquiera se hubiera apanicado. Lo entendimos como una oportunida­d de hacer una intervenci­ón cultural grande en el país, y pagamos un poco las consecuenc­ias.

Obviamente, el proyecto no se acabó, de hecho, a la fecha no está terminado, faltan elementos del paisaje, la fachada del estacionam­iento, varias cosas que no se terminaron… Ésa fue la parte frustrante. Dependiend­o de qué gobierno lo hizo, al siguiente ya no le interesa. Y sí fue muy frustrante porque estamos trabajando para México, no para un partido.

Foro Boca fue diferente. Yo aseguraba que no íbamos a trabajar con gobierno otra vez, pero cuando empezamos nos dimos cuenta de que iba a ser muy rico en todos los sentidos. Fue muy emotivo, desde es

“Si tu proyecto contribuyó a que la sociedad y la comunidad estén un poquito mejor, vamos ganando”.

coger el lugar, era una parte muy deteriorad­a... Vimos que podía ser un catalizado­r urbano de cosas que ya están pasando.

Una de las cosas tristes es que, en cualquier otra parte del mundo, si ya hiciste un proyecto con gobierno, esperarías seguir haciendo proyectos de esa escala. En el nuestro no sucede porque cambia el sexenio, cambia la gente, si yo lo hice con otro partido ya casi, casi estoy etiquetado como el amigo de ese partido. También ésa es una parte frustrante de trabajar con el gobierno, no hay una continuida­d.

O: ¿Estarías dispuesto a trabajar con el gobierno actual?

MR: Bueno, depende de qué sea el proyecto, para quién, cuál es el resultado para la sociedad. Los tiempos son buenos. Sí, estamos abiertos, siempre y cuando el proyecto esté formulado de la manera que nos parezca correcta.

O: ¿Cómo miras tu profesión en el futuro? MR: Cada vez me interesa más el tema de tener más impacto social... Y no se trata de mi nombre ni de quién lo haga, se trata de que entendamos que vivimos temas muy complicado­s, como los ambientale­s, y de que sí podemos ser parte de un cambio, tener una injerencia importante, y estar atentos a los cambios sociales. Las cosas cada vez son más rápidas, la sociedad se comunica y hace las cosas de manera diferente; nos vamos adaptando y preparando con cierta flexibilid­ad, con temas orgánicos que puedan agregar estas nuevas funciones.

Ahora viene mucho el tema de vivienda compartida, porque es un reflejo de una sociedad que no quiere crecer sola, de gente que enviudó o parejas divorciada­s, eso va modificand­o la arquitectu­ra.

De las cosas que más me interesan ahora es el tema de la gente mayor. Qué podemos hacer como arquitecto­s, urbanistas planeadore­s de ciudades y demás para entender cómo enfrentar mejor el envejecer. Y no sólo hablo de asistencia médica, hablo de esa etapa cuando la gente no necesita asistencia y se siente rechazada socialment­e o abandonada. Es un tema al que le hemos dado muchas vueltas. Estamos esperando coincidir con el cliente ideal para empezar a desarrolla­rlo bien.

O: ¿Seguirá habiendo edificios icónicos? MR: Creo que lo icónico es lo que puedo hacer por la comunidad. Si lo icónico es una figura, es un tema formal, estamos en grave error. Lo que me interesa es cuántas acciones pudo hacer ese proyecto y cómo se enraizó para realmente conectarse a la comunidad… ¿Vas a aportar un proyecto de arquitectu­ra a la ciudad?, ¿qué hace tu proyecto?, ¿no hace nada? No, pues sabes, recoge tus juguetes y vete a otro lado.

Si tu proyecto contribuyó a que la sociedad y la comunidad estén un poquito mejor, vamos ganando, ahí siento que es el cambio importante del arquitecto; que cambie de pensar solamente en el edificio como su objeto, como ‘quiero mi cosa icónica ahí’, a un tema de sentido común, de ciudadano. Qué quieres en tu ciudad, en tu país, en tu comunidad, son actos de generosida­d, el resultado es increíble.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? 3. High Park (2015), San Pedro Garza García, Monterrey, Nuevo León. Favorece la interacció­n entre sus ocupantes.
3. High Park (2015), San Pedro Garza García, Monterrey, Nuevo León. Favorece la interacció­n entre sus ocupantes.
 ??  ?? 5. Vista interior del Museo del Chocolate Nestlé.
5. Vista interior del Museo del Chocolate Nestlé.
 ??  ?? 4. Museo del Chocolate Nestlé (2007), Toluca, Estado de México.
4. Museo del Chocolate Nestlé (2007), Toluca, Estado de México.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico