DAR VUELTA A LA CRISIS
Los indicadores de la construcción no son alentadores y los pronósticos de crecimiento económico, tampoco. Para salir del entuerto, ya se prepara un plan de infraestructura. Mientras llega, el despliegue de ingenio para sortear el bache ya comenzó.
Amediados de 2019, la construcción registró el peor desempeño que haya tenido en ocho años, al contraerse 9.1%, según el INEGI. Ese comportamiento afecta la tercera actividad económica que más empleos genera en el país, y que tiene impacto en, al menos, tres cuartas partes de los sectores productivos de la nación.
Esa tendencia parece no tener freno en el corto plazo. En octubre, el Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo la expectativa de crecimiento de México para 2019, de 0.9 a 0.4% , secundando la baja que también hizo Moody’s, para dejar su estimación en 0.2 por ciento.
Tal es el impacto que la construcción tiene en la economía, que, para evitar un estancamiento mayor, Arturo Herrera, secretario de Hacienda, dijo en octubre que impulsaría una inversión adicional en infraestructura, además de acelerar las licitaciones previstas para 2020.
Hacienda prepara, junto con el Consejo Coordinador Empresarial, un Plan Nacional de Infraestructura (PNI) que contemplaría 1,600 proyectos; aunque ahora se dice que sólo 120 serán relevantes. El panorama no luce alentador. Al cierre de esta edición, se seguía a la espera del anuncio del PNI.
Pese a todo, inversionistas, desarrolladores, profesionistas y proveedores dan rienda suelta a su ingenio en busca de caminos para mantenerse a flote más allá de los indicadores y previsiones.
Puertos
En octubre, Caxxor Group y National Standard Finance anunciaron una inversión de 944 millones de dólares en un programa portuario en México, uno de los sectores que muestran mayor solidez.
En entrevista con Obras, el presidente para Latinoamérica de esas firmas, Carlos Ortiz, explica el porqué de esa inversión,
exclusivamente privada, en el actual contexto: “Encontramos viabilidad, condiciones y, sobre todo, desarrolladores muy abiertos y con mucha voluntad de que se hicieran los proyectos, por eso decidimos concentrarnos en esos desarrollo”.
Las financieras realizan inversiones con los desarrolladores COESSA, en Tamaulipas y Soto la Marina, y con Acxesa, en Chiapas y Veracruz.
Ortiz comenta que la inversión en real state o en infraestructura muy anclada, como carreteras, “se percibe más susceptible al riesgo”; en cambio, los aeropuertos y puertos “van incrustados en una lógica más global”.
Cita el puerto de Chiapas, que tiene una base comercial enfocada en nuevas rutas marítimas desde Centroamérica hacia Asia. “Eso le da una lógica comercial, tanto de importación como de exportación, que le permite una gran rentabilidad”.
En estos tiempos de incertidumbre, la inversión en infraestructura portuaria minimiza el riesgo, estima. También apuestan al sector energético, donde esperan seguir participando.
Además de apostar por un sector sólido, Caxxor y Standard Finance se enfocan en el blindaje del riesgo, como trabajar entre seguros, entre flujos predecibles de largo plazo e invertir sólo en activos físicos. “No invertimos en capital de trabajo, invertimos ciento por ciento en infraestructura y en la que tiene una serie de seguros, de garantías que permiten ofrecer a los inversionistas este nivel o esta calidad de riesgo”, comenta su presidente para América Latina.
Hay un “gran apetito” por invertir en infraestructura. “Cada año, se quedan miles de millones de dólares esperando proyectos viables donde pueda invertirse. El problema no es el dinero, sino el acceso a éste a través de una infraestructura de riesgo bastante competitiva y sofisticada como se requiere; ahí está la clave para lograr la parte de inversión”, expresa Ortiz.
Turismo
La apuesta de Caxxor Group y National Standard Finance no es la única en medio de la contracción de los indicadores de la actividad de la construcción. La empresa SIMCA, desarrolladora inmobiliaria con presencia en Mérida, Playa del Carmen, Tulum y Cancún, ahora mismo trae bajo el brazo varios proyectos, uno de ellos, en la Riviera Maya, bajo la tendencia second home. A su caso en particular, se suma el fenómeno del sargazo.
Chris Gill, vocero de la firma, comenta que hallar oportunidades “depende mucho de la mentalidad de cada desarrollador... Siempre hemos creído que, en tiempos de crisis, vamos a encontrar una gran oportunidad”.
La estrategia de SIMCA es buscar otros nichos: “Cuando el mercado nacional baja en demanda, el internacional sube, se ve
como una oportunidad; el secreto está en buscar ese nicho e invitarlos a venir”.
Sobre el sargazo, comenta que representa sólo un “fenómeno temporal”, y existe la opción de diversas playas.
Para SIMCA, es clave “identificar cómo está el mercado y qué productos está buscando”. Con un sentido visionario, “hoy por hoy, estamos adquiriendo muchísimas reservas de tierra en todo el sureste mexicano”, dice Grill.
La internacionalización
La complejidad del panorama actual también ha impulsado a los generadores de bienes y servicios de la industria a buscar soluciones para sus negocios, en horizontes más prometedores, pero también hay que estar preparados para ello.
“Lo que genera valor en la oferta de bienes y servicios es la propiedad intelectual; eso es muy valorado por las grandes empresas que buscan en México la especialización en diseño e ingeniería”, expresa Juan Carlos P. Williams, director de la empresa de consultoría de expansión de negocios Williams Advisers International (wai).
Frente a una industria que se contrae y la desaceleración económica nacional, el experto en inversiones en el extranjero estima que los actores de la construcción tienen una enorme oportunidad de ofrecer sus servicios a firmas globales de manera outsourcing.
El consultor de Wai considera que hay que saber leer las tendencias; por ejemplo, qué significa o qué implicaciones tienen las ciudades inteligentes, los autos autónomos, cómo nos afecta o cómo podemos generar valor. Para el fundador de wai, esta época brinda “la oportunidad de reconfigurar los negocios y buscar cómo impulsar las exportaciones y atraer inversiones”.
Alianzas regionales
La coyuntura política en Estados Unidos ha retrasado la confirmación del nuevo tratado comercial, lo que puede prolongarse hasta sus elecciones presidenciales, previstas para noviembre de 2020, y tener implicaciones para los generadores de bienes y servicios.
A pesar de eso, Juan Carlos Williams recuerda que, por ahora, se sigue operando con el tratado actual y si Estados Unidos llegará a salirse del acuerdo, entrarían en juego las reglas de la Organización Mundial del Comercio, con las que se seguiría operando.
En cuanto a la desaparición de Proméxico, que solía encauzar hasta 40% de la inversión extranjera, de acuerdo con la CMIC, las propias entidades buscan promover la inversión en sus regiones. Un caso ilustrativo es el del Bajío; ahí, los gobiernos estatales han creado Probajío, que aglutina a diversos representantes de la zona.
Para Williams, una estrategia podría ser dejar de ver la exportación como un todo nacional y empezar a establecer o desarrollar estrategias por regiones o sectores; por ejemplo, el Bajío, con Texas.