MARCELO EBRARD DATE UNA VUELTA POR MIGRACIÓN
La cosa no para ahí, el problema es recibir miles y miles de personas que huyen de la violencia para entrar en éste que ahoara llaman el “Tercer país seguro", cuando es cualquier cosa menos seguro. Y donde la verdad se están jugando el pellejo para tratar de llegar con vida a Tijuana.
Son personas que huyen del hambre y del desempleo. Y aquí, pues….no comemos piñas. Dígame usted, si apenas estaba mi 'cabecita de algodón' tratando de emparejar la espantosa desigualdad de este Mexico, donde se nos mueren 5 mil personas de hambre cada tres meses o de alguna enfermedad que se podría haber curado con una aspirina, explíquenos ¿cómo les vamos a dar de comer, un techo y atención de salud, para que tengan una vida digna estos seres humanos? (sin documentos), pero al fin y al cabo, humanos con derechos.
No sé si entre lo que negoció el señor Ebrard (y ESO que me gusta pa' futuro presidente), pidió que “nos mandaran la enfermedad y también el palito”, o sea, la cura. Si el señor Trump le cae con una marmaja para crear toda una ciudad migrante en esas extensas zonas desérticas del país, con la tecnología necesaria para convertirlas en vergeles como lo han hecho en Israel, pues a la mejor hablaríamos de otra cosa.
Y si NO, yo invito a Marcelo, a migración gringa y a los propios hermanos que “piensen migrar a algún lado”, se den una vuelta por los llamados Ñongos. Unas cuevas sumergidas en el piso, muy cercanas a la línea fronteriza, donde tienen que vivir (literalmente como topos), muchos migrantes que no lograron brincar.