Pásala!

YA LES CAYÓ... LA VOLADORA

- POR: EL PLANCHITAS

¿Qué tal el chingadazo que le metió Psicosis Ripper al Konnan? Estuvo bien chingón, ¿no? La neta, podré sonar medio culéi pero, para serles sincero, mis Planchifan­s, a mí me dio un chingo de gusto que le hayan puesto un estate quieto. Sí, ya sé, mucha banda va a decir que fue un acto gandalla de parte del exintegran­te de los Vipers porque el cubano ya está todo guango, chueco y sin fuerzas y que no tenía forma de defenderse. Puede que tengan tantita razón, pero les apuesto que, si hubiera estado acompañado de algún miembro de su bandita (Pentagón Jr., Fénix, Daga, Killer Kross, etc.), se hubiera armado de valor y no se habría quedado calladito como se aprecia en el video que circula en redes sociales. Así es él: en bola es muy gallito, pero solo ya vimos que se le arrugó. Además, el gusto que siento por haberlo visto así, casi orinándose en los pantalones, es porque el Konnan es un pasadito de lanza con la gente, entiéndase luchadores, gente de staff, prensa y hasta aficionado­s. Ahí les van unos ejemplos. La leyenda cuenta que, hace muchos años, uno de los primeros gladiadore­s a los que agarró de bajada fue al mismísimo Halloween de la familia de Tijuana, quien en vestidores le tenía que quitar las botas, limpiársel­as, tenerle preparadas las mallas de su equipo, o sea, pa’ pronto, era su chacho. A Juventud Guerrera, quien según era muy su amigo, le echó caca en su maleta durante una función en Tamaulipas y, cuando le reclamó, el cubano se lo madreó junto con Jack Evans y le destrozó la nariz, provocando que lo tuvieran que operar de emergencia para reconstruí­rsela; de ahí el odio que le tiene Fuerza Guerrera porque se fregó a su hijo y él tuvo que correr con todos los gastos médicos. A los luchadores gordos, pero sobre todo a las luchadoras que tienen unos kilitos de más, le encanta ofenderlas, humillarla­s y hasta amenazarla­s con no darles trabajo si no bajan de peso. Así me podría seguir con líneas y líneas contándole­s historias de por qué Konnan es un cabroncito que merecía ya que alguien le parara su tren para

ver si le baja de yemas y deja de humillar a la gente.

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