EL 'BLUE MONDAY' NO EXISTE: PSICO´ LOGO
Si te sientes triste este día y sin motivo alguno, es posible que algunos te digan que es porque se trata del 'Blue Monday': el día más triste del año. Sin embargo, no te dejes influenciar porque es una fecha que se inventó en 2005 por la empresa 'Sky Travel', y que a ciencia cierta no existe.
El académico de la Facultad de Psicología de la UNAM, Hugo Sánchez, comentó que enero es un periodo de reflexión para mucha gente, pero nada que llegue a una situación patológica, además indicó que no se puede generalizar que todas las personas “nos pongamos tristes” durante el tercer lunes de enero, y que en ocasiones esta circunstancia emocional llega afectar a los adolescentes porque son a quien más se puede influenciar.
No hay que dejarse llevar
"Como sociedad no debemos dejarnos llevar por una fecha para deprimirnos, simplemente hay condiciones sociales y familiares en las que sentimos unas emociones de alegría o tristeza, pero dependerá de la circunstancia de vida que tengamos", aseguró.
El especialista explica que la tristeza es una emoción en la que se experimentan sensaciones de soledad y desesperación ante una circunstancia que en ese momento les afecte.
Por ello, no es verídico 'celebrarla' un día, "porque el ser humano no se va a programar o a decir, este día voy a estar triste, ya que si por casualidad el tercer lunes de enero una persona se saca la lotería, evidentemente estará alegre, aunque le digan que es el día más triste del año", afirmó.
Ayuda profesional
Por otro lado, Sánchez recomienda que si una persona se siente triste por varios días, debe buscar ayuda de un profesional que le brinde terapia para superar dicha etapa, pues de lo contrario sumará malos pensamientos.
"Si una persona se siente triste y va a terapia es seguro que su tristeza será temporal o bien, entenderá y trabajará en el porqué se siente de dicha manera".
Finalmente, el psicólogo explica que después de las reuniones familiares de Navidad viene la separación, el regreso a sus lugares de origen y quizás, en dichas circunstancias, llega la tristeza, como condición normal o pasajera, pero nunca como patológica.