NI CHANCE HE TENIDO DE METERME AL MAR
Hola, queridos amigos, hoy les platico desde Acapulco, Guerrero.
Yo sé que muchos dirán que es para presumir, pero sinceramente vine a trabajar como loca en el Tianguis Turístico y sólo en una toma de 30 segundos, mis pies tocaron la arena del mar. Ya mis patas punzan y de plano mis piernitas renunciaron a los tobillos.
De las cosas interesantes que me enteré: en plena pandemia y gracias a que no se cerraron las puertas de México a todo el mundo, eso sí, instaurando las medidas de sanidad y seguridad de avanzada, nos convertimos en el segundo país del mundo con más visitantes, sólo abajo de Francia.
Y en pláticas con el secretario de Turismo, esto ayudó a que muchos otros clientes de diferentes países que ni siquiera pensaban en visitarnos, ahora hayan decidido hacer nuevas reservas con México como su destino de verano.
Una declaración del secretario que le dio la vuelta al mundo fue algo que comentó acerca del nuevo aeropuerto en Barrancas del Cobre. Ese era un recorrido realmente para conocedores y vale mucho la pena que se conozca en el mundo. Bueno, la declaración en cuestión es ni más ni menos que nuestras barrancas miden cuatro veces lo que el gran Cañón del Colorado en Estados Unidos. Evidentemente, él no inventó este dato (como él mismo dijo, ni siquiera es geógrafo), pero sería bueno que todo mundo lo supiera para que conociera ese mágico lugar y las comunidades que lo habitan.
Y en un lugar lleno de caos, como fue el puerto estos días debido a la afluencia de visitantes de golpe, tuve un aprendizaje por las malas de cosas, que tendré muy en cuenta para futuros paseos: perderle el miedo a las líneas aéreas pequeñas, porque finalmente me dieron un servicio muy digno, a diferencia de otras de alto pedorraje, en las que uno paga por el caché y la publicidad, pero no por la puntualidad o el buen servicio.
Y es que en Acapulquito hay muchos lugares prístinos y virginales que ni los propios acapulqueños visitan: el Jardín Botánico, la Capilla de la Paz, donde por cierto está enterrado Arturo 'El Negro' Durazo, y la Playa Bonfil, donde se ha armado ya una comunidad de surfistas.