Botines hechizados
Magia o brujería, pero el mediocampista se hace un lugar en el Tri
Era la Copa de Oro de 2019 y a Gerardo Martino muchos le criticaban el llamado a un tal Uriel Antuna.
El extremo, el tal Uriel Antuna, tenía cierta fama en el medio futbolístico nacional, pues a temprana edad se había ido a Europa al ser contratado por el Manchester City, para pasar por el Groningen de los Países Bajos, y luego su llegada al LA Galaxy de la MLS.
La idea de Martino era tener a Antuna de emergencia para el torneo de Concacaf. En la fila estaba en el último lugar, pero algo sucedió.
Dicen que fue magia, otros, brujería. Poco a poco comenzaron a caer los jugadores, los seleccionados mexicanos se lesionaban en un entrenamiento, en un partido, y Antuna, quien sólo iba a entrenar, terminó jugando.
Así fue como nació la leyenda del “Brujo” Antuna. La fama de Uriel creció. Del LA Galaxy se fue a las Chivas, donde tuvo que entender lo que significa estar en el equipo más popular de México.
El futbol trae alegría y a veces desubica a quien no está preparado para eso. Uriel confundió la libertad con el libertinaje, todo salió a la luz y lo marcó dentro del futbol. ¿Cómo salir de eso? Si el futbol lo metió, el futbol lo iba a sacar. Antuna se fue de Chivas y en Cruz Azul encontró dónde explotar como futbolista.