Dramático pase
Diferencia de goles permite a Corea del Sur seguir con vida
Heung-min Son pasó de las lágrimas en 2018 por el servicio militar obligatorio a las que derramó ayer por la dramática clasificación de Corea del Sur a los octavos de final del Mundial de Qatar.
Figura del Tottenham, el surcoreano encabezó el contragolpe que derivó en la anotación de Heechan, al 90’+1, es decir, en el primero de los seis minutos de compensación del juego contra Portugal.
Cuando el árbitro silbó el final, victoria surcoreana por 2-1, los jugadores celebraron la clasificación sin imaginar que el partido de Uruguay aún no terminaba y que habrían de vivir aún los nueve minutos más tensos de sus carreras deportivas.
Los surcoreanos se reunieron en círculo, pendientes de un teléfono móvil en el que observaban el juego en el que los charrúas vencían 2-0 a Ghana, a sólo un gol de clasificar.
Son, con su liderazgo, pidió calma a sus compañeros. En las gradas, los aficionados también rodeaban a todo aquel que tuviera la transmisión del otro partido en su móvil.
Después de nueve minutos, ese Heung-min Son aparentemente tranquilo por fin rompió en llanto, como miles de surcoreanos en las gradas del Education City y otros millones en el mundo.
Hace cuatro años, luego de la derrota contra México, la estrella de Corea del Sur no pudo contener las lágrimas. Más allá de la derrota, se dijo que el dolor también tenía que ver con sus obligaciones como ciudadano.
El Corea del Sur el servicio militar es obligatorio y lo único que exentaría a Son de realizarlo era la clasificación a octavos del Mundial de Rusia o la conquista del campeonato de Asia.