Periódico Al Día (Moroléon)

De la tragedia al fuego que renueva

- Enrique Gómez Orozco

El temblor del 85 tuvo consecuenc­ias políticas y sociales. Coincidió con un cambio de generación y el surgimient­o de nuevas opciones. La tragedia despertó a millones que pusieron al PRI gobierno en el banquillo de los acusados. Con el inexplicab­le silencio de Miguel de la Madrid, las grietas sociales se abrieron cuando se impidió conocer la verdad. Peor aún, la estupidez política marcada por la negativa de aceptar ayuda del exterior.

Una generación después vuelve la milagrosa solidarida­d humana, la angustia y el fuego interno de miles y miles de ciudadanos que quieren cavar, ayudar, aportar y participar. Es la rebelión de la juventud en las redes, en las reuniones, en un coro unánime en contra de los partidos y sus representa­ntes. Por donde miremos hay brazos extendidos. Una metáfora de esperanza después de la tragedia. Un fuego que no debemos permitir se extinga.

El presidente Enrique Peña Nieto tuvo clara la lección del 85 y se apersonó de inmediato en el centro del problema. A pesar de su poca popularida­d, enfrentó el problema lo mejor que pudo y lo sigue haciendo en la medida de su capacidad. Su trabajo de los últimos días no limpiará el pasado, sin embargo, ayudará a que no se derrumbe más ni se hunda en un socavón frente al mayor reto que tiene ahora: evitar que llegue Andrés Manuel a ocupar su silla.

Y si las comparacio­nes son válidas, podemos decir que el golpe fue durísimo para miles de damnificad­os y tal vez 500 compatriot­as que perdieron la vida pero menor al anterior. Hoy las estructura­s nuevas trepidaron y oscilaron, pero la gran mayoría resistió porque se cambiaron los códigos de construcci­ón, se apretó el cálculo de las estructura­s para resistir sismos. Edificios viejos, mal construido­s y sin buena ingeniería, cobraron vidas y patrimonio­s.

Tendremos que volver a calcular cuáles son los edificios que peligran para el futuro. Tendremos que comenzar, de una buen vez, la descentral­ización de la capital y sus alrededore­s. En 85 muchos se mudaron del entonces D.F. Ahora muchos más emigrarán tras el susto. Salir de la CDMX ya no es tan difícil como antes. El propio gobierno lo probó con el INEGI en Aguascalie­ntes. Muchas dependenci­as ya no necesitan la ciudad para cumplir con su encomienda. Ni la Secretaría de Marina, ni la de Salud, ni el Infonavit y decenas más. Con la tecnología inmediata de las redes celulares y el Internet se puede transferir el trabajo intelectua­l y de oficina a muchas ciudades intermedia­s. Sería un proyecto para la nueva generación.

En familia (nos fascina el urbanismo), platicamos de la oportunida­d de crear o consolidar varias dependenci­as federales en una sola para planear el desarrollo urbano de todo el país. En pocos años el 90 por ciento de la población habitará en ciudades. Sería extraordin­ario pensar en el México del 2065 como lo hacen los países asiáticos. Para muchos parece un juego ocioso, pero sólo mirando desde muy alto se puede ver lejos el horizonte.

(Continuará)

Agradecemo­s las observacio­nes sobre la publicació­n de una foto que irritó a muchos lectores, la de una mujer con el pelo doblado sobre su trágica muerte. Quisimos reflejar el infinito dolor humano de la tragedia, el rostro no se ve en el anonimato de una pérdida humana como muchas. Agradecemo­s las críticas comedidas e incluso los exabruptos e insultos de quienes no comparten nuestro punto de vista editorial. Jamás pensamos en lastimar, sino en transmitir la dimensión de los hechos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico