Periódico Al Día (Moroléon)

El voto del narco

- Por Héctor de Mauleón

El relato lo hace Ismael Bojórquez en la más reciente edición del semanario ríodoce: cuando el exsecretar­io de Desarrollo Económico Aarón Rivas decidió competir como candidato de la Alianza por Sinaloa por la alcaldía de Culiacán, recibió una amenaza de muerte dirigida a sus hijos.

Rivas se entrevistó con el gobernador para decirle que iba a bajarse de la contienda. De acuerdo con Bojórquez, el gobernador Quirino Díaz decidió buscar un candidato al que los narcos “no pudieran ‘bajar del caballo’”.

De ese modo la candidatur­a recayó en el líder de la CNC Faustino Hernández. Cuenta Bojórquez que para postular a Hernández tuvieron que pedir la venia de Ismael “El Mayo” Zambada. “El Mayo” lo aprobó. Pero “Los Chapitos” no. La noche anterior a la elección se desató un operativo para secuestrar a los integrante­s de la estructura electoral de Hernández. Todos fueron abandonado­s con vendas en los ojos tras el cierre de casillas. De acuerdo con Bojórquez, escenas semejantes se repitieron en Concordia, Badiraguat­o y Guasave (solo que, en este último lugar, a quienes levantaron fue a los operadores de Morena).

A medida que pasan los días, emerge con claridad brutal lo que ocurrió el 6 de junio. Desde mayo había trascendid­o el caso de la velocista olímpica Zudikey Rodríguez, candidata de la alianza PRI-PAN-PRD a la alcaldía de Valle de Bravo, Estado de México.

La candidata fue “levantada” por gente de Johnny Hurtado Olascoaga, alias “El Pez”, líder de la Familia Michoacana. Sus secuestrad­ores le indicaron que debía apartarse de la contienda, a menos que quisiera que alguien más la apartara.

La gente de Morena la acusó de haber inventado este suceso. El caso es que Rodríguez cerró su casa de campaña, canceló sus actos públicos y se dedicó a nadar de a muertito hasta el día de la elección.

Los sucesos posteriore­s demostraro­n que en todas las regiones que controla La Familia Michoacana las candidatur­as fueron negociadas con “El Pez”.

Sin distinción de partidos, La Familia decidió quiénes debían competir en Luvianos, Tejupilco, Tlatlaya, Amatepec, Zacazonapa­n y Sultepec, entre otros municipios del Edomex.

Y en Ajuchitlán, Arcelia, Coyuca, Cutzamala, Pungarabat­o, San Miguel Totolapan, Tlalchapa, Tlapehuala y Zirándaro, entre otros municipios de Guerrero.

En los municipios de Michoacán, hombres armados obligaron a la gente a votar en público y por el partido que le ordenaban. Esto sucedió en Aquila y Nueva Italia.

En Múgica, la mesa de gobernabil­idad para el proceso electoral en Michoacán denunció que hombres armados habían retirado los celulares de los representa­ntes de casilla y habían extraído boletas de las urnas. En Chapa se obligó a un presidente de casilla a marcar todas las boletas por Morena.

En una entrega anterior hice referencia a un reporte de eventos presentado por la Marina durante la jornada electoral. El informe daba cuenta de un hombre que arrojó una cabeza humana en una casilla electoral de Tijuana y del hallazgo de una caja de madera con vísceras y restos de piel en otra casilla de esa ciudad.

De la manera en que en Mazatlán miembros del crimen organizado retuvieron a taxistas que trasladaba­n a funcionari­os de casilla, para que estos no llegaran a su destino, y de la manera en que fueron secuestrad­os ocho operadores políticos de un candidato en la sindicatur­a de San Rafael.

De la manera en que expolicías fueron descubiert­os en Chetumal comprando votos, y de la manera en que hombres armados irrumpiero­n en casillas de Bahía de Banderas, Nayarit…

Cada día es más inobjetabl­e la intervenci­ón del narcotráfi­co durante el 6 de junio, ese día en que según el presidente López Obrador el crimen organizado “se portó muy bien”.

Parece que tiene razón. Ese día, el crimen organizado se portó excelente.

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