Las amenazas del Presidente

Enojado, molesto, cansado. El presidente López Obrador dijo que iba a exhibir a todas aquellas personas que se habían amparado contra la construcción del aeropuerto de

Santa Lucía. “Lo más que van a lograr es retrasar la obra, es todo”, dijo con seguridad. Resulta lamentable que el primer mandatario condene a ciudadanos que están ejerciendo un derecho consagrado en la constitución para evitar precisamente abusos de la autoridad. Era de lógica elemental suponer que se interpondrían varios amparos. El actual gobierno ha sido incapaz de presentar un estudio de impacto ambiental y de seguridad aeronáutica. Ha desoído las voces de varios tenientes de la Fuerza Aérea que dicen que en diferentes épocas del año, Santa Lucía es cubierta por una espesa capa de niebla, lo cual complicaría su operatividad. El Poder Judicial Federal otorgó hasta el momento, dos suspensiones definitivas hasta en tanto la actual administración presente los estudios pertinentes. Otro juez ordenó preservar el avance de las obras del cancelado aeropuerto de Texcoco, hasta que el gobierno justifique su cancelación. Estos son solo algunos ejemplos de la importancia de la independencia judicial, uno de los tres poderes que debe de fungir como un necesario contrapeso y es también el ejemplo de que al presidente le estorban los contrapesos y los estudios de todo tipo. Los considera una pérdida de tiempo y prefiere las consultas a mano alzada, así rapidito y sin trámite alguno. Y quien ose criticarlo, de inmediato es descalificado y “exhibido” como chayotero, fifí, prianista, conservador y lo que se le ocurra al presidente.