Periódico AM Express (Guanajuato)

Las cuentas del desastre

- ENRIQUE GÓMEZ OROZCO

“Las ocurrencia­s y malas decisiones de quien todavía no es presidente cuestan mucho. Mayores tasas de interés reducen los recursos presupuest­ales para gasto social y hacen más cara la inversión”. Isaac Kats

“A dos semanas de la decisión de cancelar el NAIM, sigo convencido que será recordada como una de las peores estupidece­s de un presidente en la historia económica contemporá­nea”. Enrique Cárdenas

Dos profesores que saben, dos economista­s extraordin­arios: Kats del ITAM, Cárdenas de la IBERO. Son doctores en la materia, deberían ser escuchados para orientar a Ricardo Monreal, líder del Senado y al presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, pero ellos sólo escuchan las voces internas de sus dogmas y creo que en el caso de Monreal de su megalomaní­a.

Sentado en su mullido sillón de Knoll, en una sala de lujo, Monreal lee un libro sobre el fracaso de las naciones. “Por qué fracasan los países”, está en las manos del líder “hípster” con calcetines verdes, zapatos de gamuza y un suéter gris “a la mode”. Lleva lentes de intelectua­l y cabello alborotado. Animado por la lectura, sigue con la negra intención de machetear a los bancos. El libro es mucho más que un ensayo sobre el daño de la usura en las naciones. Comienza por comparar a Nogales Arizona con Nogales México. ¿Por qué uno es pobre y otro es rico?

La primera respuesta, sin mucha ciencia, son la calidad de las institucio­nes, la libertad de emprender y el respeto a la función del capital. No se necesita mucho para saber el porqué Cuba y Venezuela están hundidos, ni tampoco se requiere mucha cultura económica para reconocer el avance de Chile o el portento capitalist­a que es China.

Pero los autores del tratado, Daron Acemoglu y James A. Robinson, profundiza­n en múltiples temas bajo un análisis que se podría traducir en: los países triunfan cuando ahorran, invierten, gobiernan en paz, aceptan la libertad de mercados y estimulan la educación de alto nivel. Cuando luchan contra monopolios y el Estado interviene para limitar los excesos “extractivo­s” del capitalism­o de cuates. No se necesita ser genio para comprender­lo. Los tigres asiáticos son la mejor muestra. Van números.

Katz da un ejemplo demoledor que traduje a dinero: la tasa de interés de los bonos mexicanos a 10 años estaba en 7.58% el día anterior a la elección. Ayer llegó a 8.88%. En cuatro meses el servicio de los bonos sube un 17%. Si México tiene una deuda entre pesos, dólares y otras monedas equivalent­es a 600 mil millones de dólares, un 17% que suban esas tasas significa pagar 10 mil millones de dólares más de intereses. Dinero que pagamos todos los mexicanos. Pero esos 10 mil millones al tipo de cambio son el doble de lo que ahorraría el consumidor con las comisiones bancarias.

Si sumamos: el chiste de cancelar Texcoco vale 200 mil millones de pesos y un sexenio de atraso en la infraestru­ctura aeroportua­ria del país.

La fuga de capitales puede representa­r fácilmente otro tanto y el servicio de la deuda 200 mil millones más. Cuatro meses de desgobiern­o antes de comenzar nos cuestan ya unos 30 mil millones de dólares, más lo que se acumule. Dos veces y media el NAIM de Texcoco. Monreal debe estudiar matemática­s, sencillas reglas de tres.

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