Periódico AM Express (San Francisco del Ricón)
RECORRE EL MUNDO CON PINK FLOYD
Fan leonés ha ido a varios de sus conciertos y ha ido a exposiciones de la banda
En 24 años Carlos Márquez Vega ha recorrido América y Europa para estar presente en los conciertos de Pink Floyd, y de paso compró piezas para añadir a su colección de artículos de esta banda británica.
De profesión arquitecto y rockero de corazón, suma más de dos mil piezas entrediscos LP, casetes, CDs, revistas, libros, cobijas, camisas, tazas, llaveros, cuadros... hasta una motocicleta y una guitarra autografiada.
“Yo soy de Salvatierra, donde viví mi infancia; recuerdo que cuando tenía 11 años todas las noches mis amigos Ernesto, Gilberto, Javier y yo escuchábamos la radio y curiosamente sintonizábamos una frecuencia del sur de Texas, a esta edad escuché mi primera canción, de (el album) ‘The dark side of the moon’, desde entonces no he dejado de escuchar a Pink Floyd”.
Ese album fue el primero que tuvo de esa banda, incluye la canción ‘Money’, la que lo atrapó para siempre.
Hace poco el mismo disco le fue regalado por su consuegro, originario de Holanda.
Parte de la colección de Carlos Márquez CARLOS MÁRQUEZ VEGA son los boletos enmarcados de los mejores conciertos a los que asistió en Brasil, Inglaterra, Irlanda, Francia, Italia, Croacia, Estados Unidos, Canadá y México, también incluye el de un museo temporal de la banda en Roma, y el de una exposición en Pompeya.
“Una de mis mejores experiencias inolvidables fue que en el Coliseo de Pula, Croacia, solo yo y mi amigo estábamos presentes frente al ensayo de David Gilmour, un día antes del concierto... pagamos para conocer el coliseo y coincidió que estaban en ensayo”.
Una de sus posesiones más valiosas es la guitarra autografiada por los integrantes de la banda.
“La guitarra la conseguí en una fiesta del Super Bowl donde hubo una subasta. Grité ‘¡yo la quiero porque soy el fan número uno!, me respondieron ‘¡no! el fan número uno es el dueño’, dije ‘si fuera el número uno no la estuviera vendiendo’. En ese momento el dueño de la guitarra me invitó un whisky, platicamos de Pink Floyd, le mostré mis fotos de mis tours y me dio la razón y la guitarra me la regalo”, platicó.