Periódico AM Express (San Francisco del Ricón)
SON ALBERGUES UNA ATRACCIÓN TURÍSTICA
Guía extranjero lleva grupos de 15 a 20 personas a un refugio en Playas de Tijuana
Un refugio para migrantes en Playas de Tijuana, frente al muro que lo separa de Estados Unidos, se convirtió en el atractivo de turistas, que pagan en dólares a un guía extranjero para que garantice el acceso al albergue, en que duermen hombres, mujeres y niños.
Sábado, 10 de la mañana, la puerta está cerrada para evitar robos o algún incidente. Dentro un par de migrantes están sentados, uno sobre una cama, el otro en un bote de pintura. Una tela mal cortada cuelga en la ventana.
Afuera se concentran entre 15 y 20 extranjeros, cada uno con una cámara, como cuando visitan cualquier lugar turístico.
Forman una media luna; al centro, un hombre les explica en inglés que están frente a un albergue que recibe a migrantes deportados y en tránsito, atendido por María Luisa, que desde hace años apoya la causa.
Tocan la puerta; un migrantes abre. Entran e inicia una lluvia de fotos; un hombre que paga por dormir allí sale del baño con el torso desnudo, recién acaba de bañarse y no hay drenaje.
‘El Tío’, de casi 60 años, no quiere ser
fotografiado. Nadie le ha pedido permiso, pero más de uno ya le apuntó con el lente.
El guía extranjero continúa su explicación: a pesar de las precarias condiciones y la falta de limpieza, hacen lo mejor que pueden por ayudar a los migrantes.
Antes de retirarse les piden que si pueden, dejen un donativo. Entre todos juntan 20 dólares que el guía le entrega a María Luisa; ella afirma que no es necesario, que le apena. Que el apoyo es gratis porque son buenas personas, le dicen y, después de que le insisten, se queda el dinero.
Ante la mirada de los migrantes, el guía responde: “No sólo vinimos a tomar fotos, también les digo que traten de dejar algo”.
María Luisa, coordinadora del lugar, afirma que los turistas van una o dos veces al mes y niega que ella cobre propinas, pero si le ofrecen dinero es diferente; asegura que lo acepta para costear los gastos del refugio, que no cubre las necesidades básicas.