Periódico AM Express (San Francisco del Ricón)
Sin miedo todo se puede
El miedo es una experiencia humana universal y el trabajo no es inmune a estos efectos. En algunos lugares de trabajo, los líderes tóxicos crean una cultura de miedo. Pero nosotros no necesitamos tener que trabajar en un lugar tóxico para sentir miedo, muchos de nosotros vivimos con nuestros propios miedos, como es el miedo al fracaso.
El miedo es como el fuego, una vez que lo permitimos se prende en cualquier lugar, en el trabajo puede quemar cada esquina de la oficina, tomando nuestras ideas, nuestros pensamientos creativos y espíritus innovadores con él.
Nosotros no podríamos vivir en una casa sin detector de incendios y de la misma manera nosotros no podríamos trabajar en una atmósfera donde no se reconoce el miedo como parte de la vida y donde no se evite activamente este sentimiento.
Si nosotros queremos implementar nuevas ideas y crear los mejores resultados posibles para nuestros espacios de trabajo, nosotros no podemos permitir que el miedo nos detenga. ¿Qué podríamos lograr si no experimentamos miedo?
Las emociones nos llevan a sentir miedo o amor, con esto sabemos que el miedo se puede manifestar de varias maneras. Quizá un compañero es rápido cuando se enoja en cuanto siente un desacuerdo; lo que puede parecer enojo o frustración puede ser que esté conectado a miedos más profundos de poder cometer un error o aparentar ser estúpido. El miedo puede presentarse como celos, coraje, depresión o ansiedad, y nosotros todos, sin importar qué tanto nos programamos para no tener miedo, lo experimentamos de vez en cuando.
Nosotros tenemos que reconocer que todos con los que trabajamos tienen sus propios miedos y también los miedos se presentan a trabajar con ellos. Como líderes, depende de nosotros el reconocer estos miedos y establecer un lugar de trabajo donde los empleados se sientan empoderados, seguros y apoyados.
El tener miedo no es una emoción vergonzosa y esta actitud se debe de promover en el trabajo. No es fácil cambiar lo ya establecido, pero es necesario un esfuerzo si nosotros queremos mejorar y estar a la cabeza de la industria.
Cada líder va a enfrentar el miedo de manera diferente, pero yo puedo ofrecer lo que yo practico como algo que funciona para mí. Yo inicio cada sesión de yoga con una reflexión donde explico los puntos principales y lo que representa para todos lo que vamos a hacer juntos y yo busco encabezar la práctica. Uno de mis puntos más importantes en mi práctica es “arriesgar un poco”. Si nosotros no fallamos en ocasiones, no estamos tratando lo suficiente; nosotros vamos a fallar, adaptarnos y a superar todo.
Es mi responsabilidad asegurar que mis compañeros entiendan bien hasta dónde pueden arriesgar de manera segura. La compasión por nuestro cuerpo, la comunicación con el instructor, y aceptar lo que sentimos en cada práctica son un buen punto de inicio. Estas son las mismas características que nos permiten a nosotros como instructores sobreponer nuestros miedos y sentirnos apoyados por nuestros seguidores. El saber dirigir un grupo requiere prioridades y aplicar los valores cada día, nosotros podemos crear una cultura de seguridad, esto permite que nuestros seguidores controlen sus propios miedos y dejar que su fuerza interior los guíe en todas sus actividades, sin miedos.
Las limitaciones de muchos de los sistemas a los que pertenecemos van a seguir existiendo, pero necesitamos imaginar más allá de lo que tenemos para no estancarnos. Si nos permitimos pensar más allá de los límites, nosotros nos empoderamos sin miedo, logrando más de lo que alguna vez imaginamos. Namaste