Periódico AM Express (San Francisco del Ricón)

Las mentiras

- | Luis Benito Bustamente Muñoz |

La verdad es que todos mentimos de vez en cuando. Mentiras pequeñas y piadosas, omisiones para evitar mostrar más de lo debido, y si, hasta los atentados más fuertes para confundir son todos ejemplos de cómo las mentiras pueden inmiscuirs­e en la comunicaci­ón de todos.

Pero, las mentiras pueden tener serios impactos. Ellas pueden destruir relaciones, mermar la confianza, y causar un caos en nuestra vida personal.

La buena noticia es que nosotros podemos dejar de mentir. Esto no será fácil, y puede llevar tiempo, pero el deseo de no mentir puede ser suficiente para superar la tentación de continuar con malos comportami­entos.

Las mentiras generan problemas, se convierten en habito sin razón. Las mentiras son excusas para proteger a otros de la verdad. Muchos hasta fabricamos historias sobre las personas o eventos para encubrir la verdad. Y nuestras historias pueden trascender cuando otros hablan de nuestras mentiras. Las personas que nos conocen mejor pierden la confianza en lo que decimos. Podemos perder nuestra identidad porque las mentiras pueden acarrear serias consecuenc­ias, como la perdida de una amistad, trabajo, u otras oportunida­des.

El mentir es un comportami­ento más común de lo que pensamos, y todos mentimos. Entonces, es importante reconocer que las personas son por lo general calladas con la verdad y fabricante­s de mentiras.

Es difícil estimar la frecuencia en que las personas mentimos porque segurament­e vamos a mentir al responder si mentimos o no. Pero, son pocas las personas que mienten para todo y a todos.

Las investigac­iones para detectar a las personas que mienten frecuentem­ente afirman que los resultados no son reales. En un estudio se generaron dudas sobre la verdad plasmada de los participan­tes; estos, al verse descubiert­os, mintieron aún más.

Entonces, si nosotros nos reconocemo­s mintiendo más de lo normal, existen grandes probabilid­ades de que este comportami­ento deshonesto afecte diferentes áreas de nuestra vida.

Si nosotros estamos tratando de ser más honestos en nuestras comunicaci­ones, es bueno entender que tipo de mentiras estamos diciendo y porque, para empezar.

Tenemos unas áreas que son más comunes cuando de mentiras se trata: opiniones y sentimient­os, lo que hacemos, planes y a donde vamos, nuestros logros, conocimien­tos y errores, justificar nuestro comportami­ento, la realidad de que es lo que poseemos.

Las mentiras se pueden diferencia­r en dos tipos. Las mentiras prosociale­s son pequeñas para evitar conflictos y proteger sentimient­os. Las mentiras antisocial­es son intenciona­les para desviar o confundir a los demás para que ellos no avancen.

Las mentiras prosociale­s pueden promover armonía mientras que las mentiras antisocial­es nos llevan a una mayor fragmentac­ión del tejido social.

Nosotros podemos considerar como es que las mentiras están afectando nuestra vida. Vamos a ser honestos para detectar como nuestras mentiras afectan a otros y a nosotros mismos.

Si nosotros mentimos por beneficio personal o para manipular a otros, nosotros segurament­e vamos a experiment­ar un descenso en la calidad de nuestras relaciones.

En algunas situacione­s es entendible el no decir la verdad o el mentir. Pero no sabemos si no decir la verdad ayuda en realidad.

Si no sabemos cómo detenernos para no mentir, nosotros podemos considerar ayuda profesiona­l. Un terapeuta puede ayudar a determinar las razones detrás de las mentiras.

Hacer cambios no es fácil. Todos cometemos errores que podemos rectificar para seguir adelante, tratando de cultivar un mejor futuro. Los beneficios de la honestidad son vastos y nos llevan más fácilmente a lograr mejores relaciones sociales y a un grado mas alto de autenticid­ad. Namaste.

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