Viven tradición sanjuaneros
Cada año, peregrinos originarios de Villagrán caminan a San Juan de los Lagos para agradecerle a la Virgen las bendiciones
El agradecimiento, la fe y el amor han sido motivos suficientes para que Olga López Aguilar camine durante cinco días más de 180 kilómetros.
Originaria de la comunidad de El Caracol, en el municipio de Villagrán, Olga en compañía de su familia y conocidos realiza el peregrinar en el “Camino de la fe” desde hace 34 años.
“Cada año vamos. Caminamos por gusto, es algo que ya se ha convertido en una tradición y lo hacemos con mucho amor, por el simple gusto de ver a la Virgen de San Juan y agradecerle a Dios las bendiciones que tenemos”, platicó.
Ayer, Olga se encontraba a dos días de llegar a su destino. Estaba descansando un poco en uno de los terrenos adaptados para acampar en la entrada de León.
“Todavía nos falta un poco más, esperamos llegar a San Juan el miércoles por la mañana”, dijo.
En los 34 años que tiene Olga caminando a San Juan de los Lagos, platicó que no es fácil hacerlo.
“Nosotros los peregrinos nos enfrentamos a muchas cosas para llegar a nuestro camino, desde soportar el clima, ya sea frío o calor. Las ampollas en nuestros pies. Estar alertas cuando caminamos en la carretera y muchas cosas más”, comentó.
Una fe sin límites
Para un acto de fe, no existen obstáculos y mucho menos distancia.
Desde Tijuana, Raquel Díaz Vázquez viaja en autobús o cuando la cartera lo permite en avión para llegar a su ciudad natal.
Ella también es originaria de Villagrán, pero cada año regresa para visitar a la Virgen de San Juan de los Lagos.
Cada paso que da hasta llegar a la Basílica de la Virgen de San Juan, lo hace para agradecer que ella y sus hijas tienen buenos esposos.
“La Virgen de San Juan me ha hecho muchos milagros. Uno de ellos es que mis hijas y yo hemos tenido buenos maridos. Actualmente vivo en Tijuana, pero eso no es impedimento para venir a agradecerle”, aseguró.
Dos días en autobús o tres horas y media en avión es el tiempo de viaje desde Tijuana hasta Villagrán.
Y de Villagrán hasta San Juan de los Lagos son cinco días más.
Son más de 24 horas de camino, algunas de ellas llenas de cansancio, sacrificio y experiencias, pero todas con un objetivo: alimentar la fe.