Bajan cortina dos días en protesta por crimen
temor al crimen organizado varios municipios de Tamaulipas decidieron convertirse literalmente en pueblos fantasma.
La disputa de los grupos delictivos por el control de la región citrícola de Tamaulipas, así como el acoso y el cobro de cuotas de los cárteles a productores y comerciantes, paralizó incluso la actividad de la industria naranjera.
En protesta por la inseguridad, unos 400 comercios de los municipios de Güe- mez, Hidalgo y Padilla bajaron desde el lunes sus cortinas para exigir al Gobierno estatal, del panista Francisco García Cabeza de Vaca, condiciones para poder llevar a cabo sus actividades.
Comerciantes y productores de la región señalaron ayer que el acoso de los grupos delictivos ha escalado, así como el cobro de derecho de piso y las amenazas.
La crisis de inseguridad, dijeron, comenzó hace unos días y se ha extendido a poblados como El Barretal, en el municipio de Padilla, y en ejidos de Güemez, que se ubican sobre la carretera Victoria-Monterrey.
La protesta de los comerciantes se extendió a gasolineras, restaurantes y centros de recibimiento de las cosecha en los tres municipios.